LA HISTORIA DE UNA LIDERESA DE JILAMITO Y DEL MADJ, MAGDA DÍAZ

“Yo, como campesina, hija de campesino y esposa de campesino sé que tenemos la razón” 

“Soy Magdalena Díaz, de Arizona, Atlántida, pertenezco al Movimiento Amplio y tengo el cargo de conducción política en el Campamento de la Dignidad de Jilamito”.

Así de escueta es la presentación que de si misma hace Magdalena Díaz, pero que de alguna manera sintetiza un recorrido intenso en sus poco más de 40 años de vida.

Menuda, con la piel trigueña de mestizaje y de sol, Magdalena tiene mucha historia que contar. Hija de campesinos, esposa de un campesino educador que fue asesinado por reclamar democracia y campesina ella misma, de las que no teme labrar la dureza de la tierra para sembrar el sustento de su familia.

Hoy es una dirigente reconocida del movimiento popular en Atlántida, de la misma estirpe de mujeres defensoras de los ríos y de la justicia, como lo fue Berta Cáceres o Margarita Murillo, para citar unos cuantos nombres.

Magdalena, ¿en qué momento se encuentra la lucha por la defensa del Río Jilamito?

Bueno, es bien difícil, porque en el gobierno anterior que tuvimos, del dictador, se pusieron a vender todos los ríos para hacer proyectos extractivos y nosotros confiábamos en que el gobierno actual que tenemos con la presidenta Xiomara nos apoyaría en la defensa de los bienes comunes y naturales, que nos respaldaría activamente en esta lucha digna que tenemos, pero ya va sobre dos años y no tenemos ninguna respuesta concreta…

Entonces siempre vivimos un conflicto bien difícil en las comunidades. En 2024 vamos a cumplir siete años de estar en esa lucha y aún no la hemos solucionado. Como Movimiento Amplio y el Bufete Estudios para la Dignidad se logró la liberación de los compañeros y compañeras que estaban criminalizados, pero el conflicto de fondo no se resuelve porque la concesión del río no ha sido anulada y siempre hay bancos nacionales e internacionales financiando a estas empresas para su proyecto hidroeléctrico en Jilamito.

¿Cuáles son las principales lecciones de estos siete años de lucha?

En estos siete años de existencia del Campamento de la Dignidad hemos pasado alegrías y tristezas. También hemos convivido bien bonito entre los compañeros y compañeras, somos como una familia compartiendo un espacio donde se medita, se reflexiona, se toman decisiones y acuerdos para fortalecer la lucha…

Pero es bien difícil al mismo tiempo porque tenemos compañeros asesinados en el camino, entre ellos mi esposo. Son muertes que siguen impunes.

Como movimiento social y popular sabemos bien que instituciones como el Ministerio Público y la Corte Suprema de Justicia no están para el pueblo, ellos están para los empresarios, ellos son los que nos criminalizan. Entonces, ¿qué podemos esperar? Siento que ahora seguimos en la misma temática. En estos dos años, como le dije, seguimos en la misma porque miramos que los funcionarios públicos siguen igual, gobernando como lo han hecho los gobiernos anteriores.

Seguir adelante en la vida
Magdalena tiene muy presente el compromiso social de su esposo, Ramón Gabriel Fiallos, asesinado por militares durante una violenta represión en el municipio de Arizona en el departamento de Atlántida, en una de las tantas manifestaciones en contra del fraude del Partido Nacional en las elecciones de noviembre de 2017.

Ramón fue un hombre que dedicó buena parte de su vida a luchar por los intereses comunes. Fue parte de los campesinos organizados que reclamó el derecho a la tierra en el valle de Lean y también uno de los fundadores del Campamento Digno por la Defensa del río Jilamito. Ramón o “Moncho”, como también se le conocía, colaboró en procesos de enseñanza popular y de educación básica como maestro de matemáticas.

“El venía de una familia con tradición de lucha”, recuerda Magdalena. “Mi suegra me cuenta que él siempre defendía sus derechos”.

Por esas razones no fue extraño que la noche del 22 de enero de 2018 se despidiera de su familia para emprender el camino desde su comunidad hasta la carretera CA-13 que comunica la ciudad de San Pedro Sula con La Ceiba y unirse a los centenares de ciudadanos que a inmediaciones del puente sobre el río Arizona exigían el respeto a la voluntad popular expresada en las urnas.

El derecho a la protesta era legítimo, pero no para los usurpadores del poder, y hasta el sitio de la protesta llegó un contingente militar que disolvió con disparos la manifestación. Al menos una de esas balas impactó a Ramón. Herido fue trasladado a un centro asistencial en la comunidad de San Juan Pueblo donde poco después se confirmó su muerte.

Para recordar su legado, las comunidades de Arizona decidieron en el año 2019 nombrar el puente sobre el río Lean con el nombre de Ramón Fiallos como reconocimiento a su sacrificio. Un honor social que a su familia, como es natural, no compensa la ausencia de justicia que rodea su crimen.

A Magdalena le duele “no tener ninguna respuesta concreta de parte de las autoridades de nuestro gobierno; su caso es como el de muchos compañeros asesinados por defender los derechos del pueblo”.

¿Cómo ha sido la vida después de su muerte?

Cuando él murió, recuerda Magdalena, me quedaron tres hijos menores de edad y en esas circunstancias es duro seguir adelante, pero la misma injusticia que vivimos en este país nos impulsa a seguir. Indigna ver que nos asesinan compañeros por defender nuestros derechos. Los matan para meternos miedo, pero tanto yo como mis hijos y mi organización hemos demostrado a los empresarios corruptos y a los gobiernos que estamos más fuertes, más valientes y más firmes en la defensa de nuestros derechos. Y sé que la única manera de seguir adelante es con mucha valentía”.

Ahora, prosiguió, estamos organizando un bloque popular en reclamo de que nos devuelvan la reforma agraria. Durante décadas han atropellado nuestro derecho a tener tierras para trabajar. Yo, como campesina, hija de campesino y esposa de campesino sé que tenemos la razón. 

Desde que tengo uso de razón sé que los campesinos no somos prioridad de los gobiernos y por eso es que se mantiene la pobreza en este país, porque la prioridad de los gobiernos son las empresas privadas y no los pequeños productores, enfatizó.

¿Cómo se mantiene? ¿Cómo ha logrado salir adelante con su familia?

“Trabajando; trabajando duramente. Tengo una parcela de tierra, son como tres manzanas y en ellas trabajo, y mis hijos donde encuentran trabajo lo hacen porque saben que siempre han crecido a base de esfuerzo y sacrificio”.

Magdalena, ¿y de dónde le nace la conciencia para defender el derecho a la vida y los recursos naturales?

Mi padre era un campesino revolucionario, y luego mi esposo igual. Me cuenta su mamá que desde joven odiaba la injusticia y siempre le gustó defender los derechos del pueblo. La última noche que él salió de mi casa mientras estaba agachado, amarrándose los zapatos, mientras yo le decía que no se fuera, él me dijo que debemos estar decididos a cualquier sacrificio para que el país cambie, que de lo contrario siempre nos mantendremos así, en la pobreza.

¿Cuál es el objetivo prioritario de lucha que tienen?

Magdalena no vacila en contestar porque tiene clara su respuesta:

“Son varios los objetivos, pero lo más importante para nosotros es lograr que se cancele definitivamente el proyecto de construcción de la hidroeléctrica en Jilamito y la concesión sobre el rio, que se cancelen también los proyectos de minería que acaban con nuestros recursos naturales y que nos devuelvan la reforma agraria a los campesinos. Pido esto como defensora de derechos humanos no solo para el municipio de Arizona, sino que para todo el país, porque es a nivel nacional que nos están matando a muchos compañeros”.

Con esas metas que animan su vida, Magdalena sabe que no está sola. “Cuando empecé a conocer el Movimiento Amplio supe que debíamos apoyarle, entrarle de lleno y seguir su compromiso social. Así empezamos a organizar las comunidades y por medio de eso es que logramos parar el proyecto hidroeléctrico de Jilamito. Organizados ya miramos como son las cosas y ya sabemos que proyectos como el de Jilamito no traen nada de bueno para nuestra comunidad porque lo único que realmente dejan es la división entre familias y las personas y la destrucción de nuestras fuentes de vida, como el agua que es vital para todos. Yo no tengo ninguna duda; organizados saldremos adelante en esta lucha. Tarde o temprano, pero lograremos que se nos haga justicia”.

Las aguas del río Jilamito son para la gente. Fuera ingelsa.

Las comunidades del municipio de Arizona organizadas en el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ) establecidas en el Campamento Digno por la Defensa del Agua, nos juntamos este día con organizaciones internacionales frente a las oficinas de HERMACASA en Honduras y SIMONDS SAW INTERNATIONAL en Massachusetts, EEUU, ambas empresas son socias de INGELSA y del Grupo IESA propiedad de Emin Abufele Marcos principal accionista del Proyecto Hidroeléctrico Jilamito (PHJ).

En esta jornada por la defensa de la vida, la soberanía y la dignidad expresamos:

  1. Que el pueblo de Arizona ya decidió, al menos en tres asambleas de cabildo abierto, que las aguas del río Jilamito serán destinadas exclusivamente para el consumo de las presentes y futuras generaciones del municipio y de esta manera superar el desabastecimiento que ya sufren cerca de 30 mil habitantes. Para cumplir los mandatos populares en defensa del río, el pueblo se constituyó en Asamblea Permanente desde 2017, a través del Campamento Digno por el Agua y por la Vida.
  1. Como lo hemos denunciado de manera reiterada, en espacios públicos y en la instituciones nacionales e internacionales, el PHJ es expresión clara de actos de corrupción, de violencias a las comunidades, de ruptura del tejido social, de criminalización de liderazgos comunitarios, de amenazas y de violación al derecho humano al agua, al ambiente, a la participación comunitaria, al acceso a información público, a la soberanía y la dignidad de las personas.
  • Ante la falta de respuesta a nuestras denuncias, impugnaciones y muchas otras acciones, hoy iniciamos una nueva fase de movilizaciones a las sedes de las empresas y viviendas de las personas que, mediante corrupción y violencias, impunemente pretenden imponer el PHJ.
  1. Con nuestras manifestaciones pacíficas y con nuestras propias capacidades, en articulación con nuestros hermanos y hermanas de distintas partes del mundo, hoy reimpulsamos el proceso para ponerle rostro y plena identidad a los verdugos de nuestras comunidades, estamos dando un paso más para romper con la violencia, la corrupción y la impunidad de grupos perversos como INGELSA-IESA.
  2. Llamamos a actores económicos internacionales como la empresa SIMONDS SAW INTERNATIONAL, al Banco Interamericano de Desarrollo y cualquier actor del sistema financiero internacional a que se retiren y se abstengan de apoyar al grupo IESA-INGELSA y al PHJ, como ya lo hizo en abril de 2021, la corporación financiera para el desarrollo DFC que ha reconocido las múltiples denuncias del Pueblo de Arizona y tomó la decisión de suspender el financiamiento de 35.7 millones de dólares para la construcción del PHJ. Las empresas y la gente correcta no invierten ni promueve la corrupción y la violación de derechos.
  1. Desde la resistencia pacífica y el legítimo derecho a defender nuestros bienes comunes, reafirmamos que seguiremos defendiendo la soberana y humana decisión de que las aguas del río Jilamito y la riqueza natural del municipio de Arizona, sea para la gente; cueste lo que nos cueste.

¡DESDE LA DIGNIDAD SIEMPRE!

Gobierno de los Estados Unidos retira apoyo financiero al proyecto hidroeléctrico Jilamito.

Después de más de 4 años de lucha de las comunidades de Arizona organizadas en el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia y de haber resistido todos los procesos de violencia institucional por preservar el río Jilamito para uso y consumo humano, surgen las buenas noticias, el gobierno de los Estados Unidos ha anunciado el retiro del apoyo financiero a este proyecto que ha generado violencia y división.

El financiamiento se otorgaría a través de la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo de los Estados Unidos (DFC) que proporciona financiamiento para proyectos del sector privado.

Según señala el sitio vice.com. “La DFC, que había prometido préstamos de $ 35,7 millones para el Proyecto Hidroeléctrico Jilamito, una presa de 14,8 MW en el noreste de Honduras, no dio razón de su decisión, excepto para señalar que se tomó después de “un período prolongado de debida diligencia”.

Esta noticia supone una alegría para las personas que han luchado por su río en la comunidad y reaviva los procesos de lucha por los bienes comunes y naturales en Honduras a pesar de todos los ataques que reciben y los homicidios que están en la impunidad, en el caso del proyecto hidroeléctrico Jilamito, dos personas ligadas a la lucha contra la represa han sido asesinadas y sus crímenes están en total impunidad.

Recientemente más de 60 organizaciones de Honduras y el mundo firmaron dos cartas para pedir se retirará el apoyo al proyecto y denunciando los vínculos de los desarrolladores de la represa con el blanqueo de dinero.

“Activistas de MADJ se unieron a organizaciones con sede en Estados Unidos, como School of the Americas Watch y el Latin America Working Group, para presionar al DFC para que retire su financiamiento para la represa Jilamito. Los legisladores demócratas, encabezados por la representante Ilhan Omar, también han pedido a la agencia que abandone el proyecto. Hemos tenido conversaciones positivas sobre este tema desde que el presidente Biden asumió el cargo y me enorgullece que hayan revocado el apoyo al proyecto”, dijo Omar”.

Por ahora el acuerdo de financiación se centra entre la empresa y el Banco Interamericano de Desarrollo, institución que ha intentado desconocer todo el proceso de resistencia y lucha que han desarrollado las comunidades a lo largo de este tiempo.

En la comunidad las personas siguen su proceso de resistencia en el sitio que han denominado Campamento Digno por la Defensa del Río Jilamito.

Leer carta completa a continuación:

Biden acaba de matar la financiación de una controvertida presa que Trump intentó construir en Honduras

La comunidad local luchó contra el proyecto y dos opositores fueron asesinados, pero Estados Unidos había prometido millones de todos modos..

El gobierno de Estados Unidos retiró el apoyo financiero esta semana de una presa propuesta en Honduras que se encuentra en el centro de un conflicto latente entre los residentes locales y los desarrolladores. Dos opositores al proyecto han sido asesinados. 

La decisión de la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos, (DFC), que proporciona financiamiento para proyectos del sector privado, marcó una victoria para los grupos de activistas en Honduras y Estados Unidos que habían instado a la agencia a abandonar el proyecto. En una carta reciente a funcionarios estadounidenses, establecieron paralelismos con el asesinato en 2016 de Berta Cáceres , una destacada activista que lideró la oposición a un proyecto similar de represa en Honduras.

La DFC, que había prometido préstamos de $ 35,7 millones para el Proyecto Hidroeléctrico Jilamito, una presa de 14,8 MW en el noreste de Honduras, no dio razón de su decisión, excepto para señalar que se tomó después de “un período prolongado de debida diligencia”. 

Pero la revocación de la aprobación otorgada por la Administración Trump se produce cuando la Administración Biden está revisando políticas hacia Honduras, Guatemala y El Salvador para tratar de reducir la pobreza, la corrupción y la violencia que impulsan a decenas de miles de personas a intentar llegar a Estados Unidos. cada mes. 

Un golpe de estado en 2009 en Honduras envió al país, que ya era uno de los más pobres del hemisferio, a una espiral de violencia. Desde entonces, la clase política del país se ha visto envuelta en repetidos escándalos, incluidas condenas por narcotráfico en Estados Unidos de familiares cercanos de los dos presidentes electos desde el golpe.

El cambio radical de la Administración de Biden eliminó casi la mitad de los fondos para el proyecto de la presa de $ 75,6 millones de dólares. Una división del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), una institución financiera multilateral, prometió otro 27 por ciento del costo de la represa en préstamos. La división, BID Invest, no hizo comentarios sobre el retiro de la DFC. 

La inversión restante proviene de una empresa hondureña, Ingelsa, que inició el proyecto hace unos 15 años. En los últimos años, la oposición ha crecido a medida que la comunidad local se unió a un grupo nacional, el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia, conocido por sus siglas en español como MADJ.

Activistas de MADJ se unieron a organizaciones con sede en Estados Unidos, como School of the Americas Watch y el Latin America Working Group, para presionar al DFC para que retire su financiamiento para la represa Jilamito. Los legisladores demócratas, encabezados por la representante Ilhan Omar, también han pedido a la agencia que abandone el proyecto.

“Hemos tenido conversaciones positivas sobre este tema desde que el presidente Biden asumió el cargo y me enorgullece que hayan revocado el apoyo al proyecto”, dijo Omar.

Ingelsa, sin embargo, dijo que sus planes seguirán adelante. La empresa dijo esta semana que “estaba construyendo el proyecto Jilamito” y señaló lo que dijo era un récord de “hacer cambios positivos en las comunidades rurales”. 

El respaldo inicial de la DFC y el BID, anunciado el año pasado, restó importancia a la evidencia de resistencia local y las amenazas generalizadas de violencia que enfrentan los ambientalistas en Honduras. Global Witness, una ONG internacional que rastrea las amenazas a los activistas de todo el mundo, ha calificado a Honduras como uno de los países más peligrosos del mundo para los defensores de la tierra. 

El asesinato de Cáceres, que había ganado el Premio Goldman , un premio internacional para activistas de base, demostró que ni siquiera el reconocimiento mundial era suficiente para proteger a los defensores de la tierra en Honduras. El presidente de la empresa que está detrás del proyecto de la presa contra la que luchó está siendo juzgado por planear su asesinato. 

Al menos un activista que lucha directamente contra la represa de Jilamito ha sido asesinado. En 2018, Carlos Hernández , un abogado que representaba a un funcionario local opuesto a la represa, fue asesinado por atacantes desconocidos en su oficina. Como ocurre con la gran mayoría de homicidios en Honduras, su caso sigue sin resolverse.  

Hernández era un exfiscal contratado para defender a Arnoldo Chacón, alcalde del municipio denominado Arizona, por donde discurre el río Jilamito, en el departamento de Atlántida. Chacón había sido acusado junto con cuatro miembros del MADJ por delitos relacionados con un campamento que protestaba por el proyecto de la presa. Los cinco esperan juicio. 

Unos meses antes de que Hernández fuera asesinado en la primavera de 2018, dos organizadores del MADJ fueron asesinados, presuntamente por las fuerzas de seguridad hondureñas. Ramón Fiallos, que también era de Arizona, recibió un disparo en el brazo de la policía y murió desangrado durante una protesta en enero contra la reelección impugnada del presidente hondureño Juan Orlando Hernández. Los activistas sospechan que Fiallos fue atacado por su oposición a la presa Jilamito y otros proyectos durante la ola de disturbios que siguió a las elecciones. 

Otro miembro del MADJ fue asesinado por la policía horas después de que dispararan a Fiallos. Geovanny Díaz fue sacado a rastras de su casa en Pajuiles, a sesenta kilómetros al oeste de Arizona, y disparado al estilo de una ejecución por hombres vestidos con uniformes de policía, según informes de testigos presenciales . Díaz se opuso a la represa de otro río cerca de su pueblo.

Global Witness nombró a los tres en su informe de 2018 sobre defensores del medio ambiente que habían sido asesinados por su activismo. 

Ingelsa dijo que nunca había cometido ningún acto de violencia y que la empresa trabajaba a través del diálogo para enfrentar lo que llamó acusaciones falsas. La comunidad había brindado un amplio apoyo al proyecto, dijo la compañía en un comunicado a VICE World News. 

Los partidarios de la represa dicen que impulsaría las fuentes de energía renovable de Honduras, mejoraría el servicio de electricidad en las ciudades de la costa norte del país y generaría cientos de empleos en la región durante la fase de construcción. Para abordar las preocupaciones sobre el suministro de agua, Ingelsa desarrolló una estrategia para asegurar el suministro de agua potable al área. 

Pero el cofundador de MADJ, Martín Fernández, dijo que la represa propuesta privaría a unas 30.000 personas de agua potable y señaló proyectos de represas similares que, según él, privatizaron el acceso al agua. Acusó a Ingelsa de criminalizar la oposición a la represa y agregó que los residentes de Arizona habían acordado dos veces en asambleas comunitarias formales revocar la concesión de su río. 

MADJ dijo que otros proyectos hidroeléctricos en la región no habían mejorado el acceso a la energía para las comunidades locales y que, en cambio, los precios de la electricidad habían aumentado. 

Aparte de la violencia que rodea al proyecto, DFC puede haber estado preocupada por uno de los principales accionistas de Ingelsa. Ingelsa es propiedad de una empresa manufacturera llamada Hermacasa, controlada por un empresario hondureño, Emin Abufele Marcos. 

El padre de Emin Abufele, Emin Abufele Salomon, propietario minoritario de Hermacasa, podría haber levantado una bandera roja. En 2003, diplomáticos estadounidenses recomendaron que a Abufele Salomon y Omar Abufele Salomon, otro propietario minoritario de Hermacasa, se les negara la entrada a Estados Unidos porque supuestamente “participaron en un patrón y práctica de prácticas financieras fraudulentas” que involucraban a un banco hondureño. 

Un fabricante de herramientas de Massachusetts, Simonds International, posee casi el 40 por ciento de Hermacasa. David J. Miles, presidente de Simonds Saw, dijo en un correo electrónico que la oposición a la presa era política y “sin mérito” y que estaba involucrada en conversaciones para “encontrar el mejor camino a seguir en función del clima de inversión actual”.

Con un éxito en su lucha contra la represa, la oposición continuará. “La gente de Arizona no quiere más migajas, ni mentiras, ni promesas incumplidas”, dijo en un correo electrónico Juan Antonio Mejía Guerra, coordinador de investigación del MADJ, refiriéndose al proyecto de agua potable propuesto.

“Arizona ha decidido que el agua del río Jilamito debe ser exclusivamente para consumo humano”.

Corrección: Esta historia originalmente decía que la DFC había prometido préstamos por $ 35,7 mil millones para el Proyecto Hidroeléctrico Jilamito, cuando en realidad se trataba de préstamos por $ 35,7 millones. Lamentamos el error.

Organizaciones de la sociedad civil urgen la cancelación definitiva del financiamiento internacional del proyecto hidroeléctrico Jilamito en Honduras

Más de 60 organizaciones de la sociedad civil de Estados Unidos y Honduras envían una carta conjunta a la Secretaría del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, expresando su seria preocupación con respecto al financiamiento propuesto para el Proyecto Hidroeléctrico Jilamito en Honduras por BID Invest (miembro del Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo) y la Corporación Financiera de Desarrollo de los Estados Unidos (DFC en inglés). Citando graves violaciones de derechos humanos, la carta insta a que Estados Unidos use su voz dentro de BID Invest y la DFC para garantizar que el financiamiento propuesto se cancele definitivamente.

La carta señala las numerosas similitudes entre el proyecto hidroeléctrico Jilamito y la represa Agua Zarca que en 2016 fue responsable por el asesinato de la líder indígena de renombre mundial Berta Cáceres. Citando la fuerte oposición de la comunidad, instancias bien documentadas de amenazas, asesinatos y criminalización, y una serie de denuncias graves de corrupción aún pendientes contra el proyecto, la carta pide a Estados Unidos que preste atención a las señales de advertencia. “No queremos que un asesinato de alto perfil tenga que pasar para que BID Invest y la DFC se retiren de este proyecto.”

Magdalena Díaz, miembro del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia de Honduras (MADJ) y el campamento que defiende el río Jilamito de este proyecto, explica, “Sabemos que hoy en día, por defender nuestros bienes comunes y naturales principalmente el agua — que es primordial para la vida, para las nuevas y futuros generaciones — nos asesinan. Nos criminalizan.”

Como señalaron juntos Allison Lira y Julien Christe, codirectores del programa de Honduras, “Honduras es uno de los lugares más peligrosos del mundo para los defensores del medio ambiente, en gran parte debido a proyectos extractivos como la propuesta represa hidroeléctrica de Jilamito. En un contexto de impunidad y corrupción generalizadas, proyectos como este generan con demasiada frecuencia violencia, dañan el medio ambiente y desplazan familias. Las instituciones financieras internacionales, como BID Invest y DFC, deben fortalecer las salvaguardias para garantizar que no socavan los derechos humanos y el estado de derecho en los lugares donde operan.”

Martin Fernández del MADJ establece que “mediante los cabildos abiertos, que es una instan jurídica en una municipalidad, las comunidades en dos ocasiones han determinado la no concesión de su fuente de agua y esto se estaría violentando que es un mandato popular. Otra de las situaciones estrictamente legales es que esta empresa obtuvo de manera fraudulenta este proyecto. En distintas ocasiones al nivel administrativo se les advirtió que este proyecto era inviable ambientalmente…Así que al BID nuestra advertencia para que puedan tomar en consideración estos elementos que podrían poner en precario su inversión.” 

Finalmente, la carta señala que el financiamiento del Proyecto Hidroeléctrico Jilamito socava directamente la prioridad declarada de la Administración Biden de abordar la corrupción y los abusos de los derechos humanos en Honduras como una forma de abordar las causas fundamentales de la migración. Como Martín Fernández del MADJ continúa “lejos de generar desarrollo estaría generando un clima de inseguridad y un problema social muy fuerte en el municipio de Arizona.”

Las organizaciones que firman la carta incluyen a las organizaciones de EE. UU. Witness for Peace Solidarity Collective, School of the Americas Watch, Pax Christi USA, the Grassroots Global Justice Alliance y muchos más, así como el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ) y el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). 

Lee la carta completa aquí: http://bit.ly/2021CartaJilamito

Los protectores del río Jilamito y la guerra por el agua en el Caribe de Honduras

Por: Redacción CRITERIO.HN

redaccion@criterio.hn

Arizona, Atlántida. -Mayo de 2015. El exalcalde de Arizona —zona noratlántica de Honduras— Adolfo Alfonso Pagoada, realiza un cabildo abierto mediante el cual la comunidad se opone por mayoría a la construcción de una hidroeléctrica. Sin embargo, para sorpresa de los pobladores, la alcaldía anuncia que el proyecto ha sido aprobado por la comunidad y le da el visto bueno a la empresa Inversiones de Generación Eléctricas Sociedad Anónima (Ingelsa), propiedad de Emin Abufele.

El empresario en mención buscaba, desde aquel entonces, ejecutar el proyecto hidroeléctrico Jilamito para la producción de 14.80 MW de energía, a un costo de US$ 75,562 millones (L. 1,824,307,003) de los cuales el 26.8 % serán financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través su rama BID Invest,  el 47.3 % por la Corporación Internacional de los Estados Unidos (DFC) y el 25,9 % por el capital de los socios.

El 20 de noviembre de 2015 la población de Arizona declaró al municipio libre de minería e hidroeléctricas y denunció a Pagoada por abusar de su autoridad.

“Le dijimos que no a la hidroeléctrica. La comunidad dijo que no quería, pero la municipalidad dijo que la gente había dicho que sí. Habían traído gente en buses de otras partes para aprobar el proyecto”, dice Lucinda Chacón, tía del nuevo alcalde de Arizona, Arnaldo Chacón, quien ahora, desde su posición como jefe edilicio, enfrenta un proceso judicial por oponerse al proyecto hidroeléctrico en defensa y conservación del río Jilamito.

El 15 de mayo de 2017 los opositores al proyecto llegaron en varios buses hasta el lugar donde se pretendía instalar el proyecto hidroeléctrico. Los ingenieros y dueños de maquinaria estaban sorprendidos, ya que les habían hecho creer que la comunidad estaba de acuerdo.

“Nosotros habíamos dicho que no, pero siempre siguieron en contra de la voluntad del pueblo. Había máquinas trabajando porque pensaban que el proyecto era legal, pero al darse cuenta de que era ilegal en ese mismo instante salieron con todas las máquinas. Ese mismo día se instaló el campamento ahí. Llegábamos hasta 200 y 300 personas a cuidar el río Jilamito”, recuerda Lucinda.

Corrupción Honduras
Doña Lucinda Chacón se mantiene firme en oposición a que la empresa Ingelsa cristalice su proyecto hidroeléctrico sobre el río Jilamito.

En el campamento duermen en promedio diez personas al día, quienes se turnan para hacer vigilias. La tarea se reparte en calendarios entre habitantes de 16 comunidades que buscan que el río Jilamito sirva para el consumo humano y no para negocios particulares. Están cuidando el río de la empresa Ingelsa, para que esta no meta maquinaria y no introduzca turbinas. Noche y día cuidan el río, lo contemplan y lo acunan como si fuera un bebé. La intención es que el río siga siendo del pueblo.  

29 de mayo de 2017. La Policía Nacional hace el primer intento por desalojar de forma forzosa a la población del campamento Jilamito. Policías y trabajadores de Ingelsa destruyen parte del campamento, golpean a jóvenes, arrebatan celulares e impiden el libre tránsito.

“Llegaron un montón de militares, queriéndonos sacar, nosotros les dijimos que era nuestro derecho al agua. Ese montón de policías quisieron intimidarnos. Pero el grupo que estábamos ahí llamamos por refuerzos y después los policías tuvieron que recular. Querían sacarnos a la fuerza, pero no pudieron”, agrega Lucinda.

Doña Elena Gaitán, pequeña empresaria de la zona, es otra de las personas que, imputada por el Ministerio Público, está señalada de detentar espacios públicos en perjuicio del Estado de Honduras.

“A mí me gusta bastante la literatura. Desde hace más de 30 años vengo siguiendo una secuencia de la sobrepoblación de las ciudades y pueblos. Sabiendo de que nosotros en Arizona estamos conectados a una pequeña quebrada, y tenemos una comunidad que cada día crece más, entonces tomé la decisión de vigilar el caudal del río Jilamito para consumo humano”, dice doña Elena.

Leer investigación completa aquí: https://criterio.hn/los-protectores-del-rio-jilamito-y-la-guerra-por-el-agua-en-el-caribe-de-honduras/

Congresistas norteamericanos piden detener financiamiento a empresas hidroeléctricas generadoras de violencia en Honduras

En una carta firmada y remitida por 28 congresistas de los Estados Unidos a la Corporación de Desarrollo Internacional (DFC por sus siglas en ingles), especialmente a su director Adam Boehler, manifestaron su desacuerdo con el apoyo financiero a proyectos hidroeléctricos en Honduras, ante el anuncio realizado por el DFC el pasado 21 de julio de una inyección económica de mil millones de dólares para esta y otras industrias en el país.

La congresista de Minnesota, Ilham Omar fue clave en apoyar la iniciativa de remitir la comunicación impulsada por distintos sectores nacionales e internacionales que luchan por proteger a los pueblos y los bienes naturales de los estragos ocasionados por el extractivismo. Fue así que junto a otros 27 parlamentarios decidieron mostrar su inconformidad ante el financiamiento anunciado el cual consideran “un grave error”.

“Damos la bienvenida a una conversación sobre el papel que DFC pretende desempeñar en la promoción de un desarrollo sostenible que respete los derechos humanos, el medio ambiente y las normas laborales. Su inversión planeada en Honduras es un grave error, y esperamos sinceramente que no sea una señal de lo que vendrá”.

Una de las preocupaciones centrales en la carta es el financiamiento al proyecto hidroeléctrico Jilamito en Honduras, empresa que ha generado violencia en la zona y que pretende instalarse inconsultamente, violentando además las declaratorias de territorios libres de extractivismo adoptadas por las comunidades.

“Según cualquier estándar razonable, los impactos ambientales y en los derechos humanos del proyecto hidroeléctrico Jilamito y el historial tanto de INGELSA como del estado hondureño deberían haber impedido que esta inversión siguiera adelante. Dado que los protocolos existentes en DFC han fallado, ahora consideraremos opciones legislativas para evitar que este proyecto siga adelante”.

La comunicación enviada al DFC continúa detallando la problemática generada por este proyecto extractivo en la zona a donde ha habido muertes como la de Ramón Fiallos, fundador del Campamento Digno para la Defensa de rio Jilamito, integrante del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia y múltiples episodios de ataques, agresiones, campañas de odio, entre otras en contra de liderazgos del MADJ.

Además, en la carta se cuestionan los altos niveles de corrupción y como sistemáticamente se han ido debilitando las medidas para combatirla en la administración de Juan Orlando Hernández. “Las medidas anticorrupción han sido activamente frustradas o debilitadas por la administración de Hernández; la DFC no debería invertir dólares de los impuestos estadounidenses hasta que se hayan implementado mecanismos anticorrupción.” 

En la carta los 28 congresistas solicitan mayor información sobre las otras áreas u rubros que apoyará el DFC en Honduras. “Finalmente, instamos a la divulgación completa sobre los otros proyectos que esta inversión de $ 1 mil millones planea apoyar en Honduras”.

La misiva también la recibieron, el Secretario de Estado Mike Pompeo en los Estados Unidos, la representante de la Embajada norteamericana en Honduras, Colleen Hoey y Mauricio Claver-Carone, asistente adjunto del presidente y Director Senior para Asuntos del Hemisferio Occidental, Consejo de Seguridad Nacional.

Lea la carta complete aquí: https://omar.house.gov/media/press-releases/rep-omar-leads-letter-condemn-trump-administration-s-plan-invest-controversial

¡FIRMÁ!: Carta comunidades de Arizona contra del financiamiento al proyecto sobre Río Jilamito

Las acciones de despojo e invasión a los territorios para saquear los bienes comunes y naturales de las comunidades en Honduras se han asentado con la llegada de la pandemia a Honduras donde las instituciones del Estado siguen estando al servicio del modelo extractivo y ahora con mas ahínco, respaldado con el apoyo y aporte de organismos internacionales.

La situación del país es grave. Las comunidades no solo enfrentan las amenazas a sus entornos de vida a raíz de la llegada de los proyectos extractivos, sino que además se enfrentan a estructuras criminales dispuestas a todo por salvaguardar su capital y asegurarlo. Muestra de esto es lo que acontece con la comunidad garífuna de Triunfo de la Cruz con la desaparición de cuatro de sus integrantes, una zona que enfrenta la furia del capital transnacional que se ha apropiado de sus playas para el turismo que llena sus bolsillos.

Es por ese motivo que, desde las comunidades de Arizona, Atlántida, organizadas en el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia para la defensa del rio Jilamito, afectadas desde hace más de tres años por la imposición de un proyecto hidroeléctrico que pretende la única fuente de agua disponible para uso y consumo humano en el municipio remitimos carta a los organismos financistas de estos proyectos de muerte para romper su aparente inocencia e ingenuidad por falta de información sobre en qué están invirtiendo sus dineros.

En nuestra comunidad existen tres empresas hidroeléctricas que se han apoderado de tres de los cuatro ríos que recorrían nuestro municipio, esos proyectos además de saquear nuestra riqueza natural también se han llevado la riqueza económica producida por nuestros bienes comunes y naturales.

Para evitar que nuestro único rio sea dañado y afectado por la instalación de una cuarta represa hidroeléctrica, las comunidades hemos decidido instalarnos desde el mes de mayo de 2017 en un campamento Digno por la Defensa del rio Jilamito, lugar desde donde vigilamos que no haya más destrucción a la cuenca y espacio donde tomamos decisiones de manera común para beneficio colectivo.

En vista del anuncio realizado por la embajada de los Estados Unidos donde se informa de la inyección económica para el desarrollo del Proyecto Hidroeléctrico Jilamito, nosotros, las y los habitantes de las comunidades estamos solicitándole a todas las personas, organizaciones e instituciones nacionales o internacionales su firma en apoyo a nuestra petición para que los organismos de crédito internacional, retiren el apoyo financiero a este proyecto ilegal e inconsulto que traerá afectación a la única fuente de agua que ha quedado disponible para uso y consumo humano.

Para firmar la petición y compartirla, dar clic al siguiente enlace:

https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSdfnCddn6rqiizRz-dT3ajsyWtELJbQyjFN1lr-cfKar5UoLA/viewform

Al firmar la petición estarás ayudando a las comunidades de Arizona, Atlántida en su lucha por agua para la vida humana y no agua para uso mercantil.