Las aguas del río Jilamito son para la gente. Fuera ingelsa.

Las comunidades del municipio de Arizona organizadas en el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ) establecidas en el Campamento Digno por la Defensa del Agua, nos juntamos este día con organizaciones internacionales frente a las oficinas de HERMACASA en Honduras y SIMONDS SAW INTERNATIONAL en Massachusetts, EEUU, ambas empresas son socias de INGELSA y del Grupo IESA propiedad de Emin Abufele Marcos principal accionista del Proyecto Hidroeléctrico Jilamito (PHJ).

En esta jornada por la defensa de la vida, la soberanía y la dignidad expresamos:

  1. Que el pueblo de Arizona ya decidió, al menos en tres asambleas de cabildo abierto, que las aguas del río Jilamito serán destinadas exclusivamente para el consumo de las presentes y futuras generaciones del municipio y de esta manera superar el desabastecimiento que ya sufren cerca de 30 mil habitantes. Para cumplir los mandatos populares en defensa del río, el pueblo se constituyó en Asamblea Permanente desde 2017, a través del Campamento Digno por el Agua y por la Vida.
  1. Como lo hemos denunciado de manera reiterada, en espacios públicos y en la instituciones nacionales e internacionales, el PHJ es expresión clara de actos de corrupción, de violencias a las comunidades, de ruptura del tejido social, de criminalización de liderazgos comunitarios, de amenazas y de violación al derecho humano al agua, al ambiente, a la participación comunitaria, al acceso a información público, a la soberanía y la dignidad de las personas.
  • Ante la falta de respuesta a nuestras denuncias, impugnaciones y muchas otras acciones, hoy iniciamos una nueva fase de movilizaciones a las sedes de las empresas y viviendas de las personas que, mediante corrupción y violencias, impunemente pretenden imponer el PHJ.
  1. Con nuestras manifestaciones pacíficas y con nuestras propias capacidades, en articulación con nuestros hermanos y hermanas de distintas partes del mundo, hoy reimpulsamos el proceso para ponerle rostro y plena identidad a los verdugos de nuestras comunidades, estamos dando un paso más para romper con la violencia, la corrupción y la impunidad de grupos perversos como INGELSA-IESA.
  2. Llamamos a actores económicos internacionales como la empresa SIMONDS SAW INTERNATIONAL, al Banco Interamericano de Desarrollo y cualquier actor del sistema financiero internacional a que se retiren y se abstengan de apoyar al grupo IESA-INGELSA y al PHJ, como ya lo hizo en abril de 2021, la corporación financiera para el desarrollo DFC que ha reconocido las múltiples denuncias del Pueblo de Arizona y tomó la decisión de suspender el financiamiento de 35.7 millones de dólares para la construcción del PHJ. Las empresas y la gente correcta no invierten ni promueve la corrupción y la violación de derechos.
  1. Desde la resistencia pacífica y el legítimo derecho a defender nuestros bienes comunes, reafirmamos que seguiremos defendiendo la soberana y humana decisión de que las aguas del río Jilamito y la riqueza natural del municipio de Arizona, sea para la gente; cueste lo que nos cueste.

¡DESDE LA DIGNIDAD SIEMPRE!

¡SI SE PUDO! Banca estadounidense renuncia a Financiar el Proyecto Hidroeléctrico Jilamito

La Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (DFC) anunció la cancelación de su financiamiento, por US$ 35.7 millones de dólares para el desarrollo del Proyecto Hidroeléctrico Jilamito y cuya concesión es manejada por la empresa Inversiones de Generación Eléctrica, Sociedad Anónima de Capital Variable (INGELSA), propiedad Emin Abufele y HERMACASA, de esta última es accionista la empresa estadounidense Simonds Internacional Corporatión.

El proyecto hidroeléctrico está ubicado sobre el rio Jilamito, en el municipio de Arizona, departamento de Atlántida; territorio en el que el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ) tiene más de una década de lucha sostenida contra la corrupción y violaciones de derechos que implican concesiones como la otorgada a INGELSA. La concesión de dicho proyecto se concretó en 2010 y teóricamente produciría 14 MW de energía, a un costo de US$ 75,5 millones y cuyos financistas serían el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) – Invest, DFC y un porcentaje por los socios de INGELSA.

¿Por qué renuncia el DFC?

En el anuncio de su decisión, la DFC no brindó causales específicas, simplemente se limitó a señalar que “la decisión se tomó después de un período prolongado de debida diligencia”.

No obstante, para el MADJ la decisión de esta instancia financiera está motivada en la férrea oposición de la población de la zona que ha denunciado el enorme daño que este proyecto ha provocado en la Reserva de Texiguat y el impacto negativo, por el no acceso al agua de al menos 16 comunidades, que albergan a alrededor de 25 mil personas.

Desde hace más de 4 años, la población de Arizona y organizada en el MADJ profundizó su lucha pacífica por la defensa del río Jilamito, instalando de manera ininterrumpida, el Campamento Digno por el Agua y por la Vida desde donde: 

  • Se profundiza el proceso de organización popular y se tejen alianzas con personas y organizaciones en lucha por la defensa de la Dignidad Humana en otros territorios de Honduras y en distintas partes del mundo.
  • Se han desarrollado tres Asambleas Populares de Cabildo Abierto en donde las comunidades. De forma unánime y reiterada, han expresado su rechazo al proyecto y declararon al municipio de Arizona como un TERRITORIO LIBRE de proyectos extractivos.
  • La alcaldía de Arizona ha asumido como suya la decisión de la comunidad y por lo tanto, se ha mostrado opuesta al proyecto, que adicionalmente lesiona su autonomía municipal.
  • Se han presentado diversas denuncias y acciones legales ante la institucionalidad pública por actos de corrupción cometidos en el proceso de concesionamiento, sin que, hasta el momento, ninguna de estas acciones tenga una respuesta por las instancias correspondientes, especialmente la Secretaría del Ambiente y el Ministerio Público.
  • La defensoría del río Jilamito ha significado procesos de criminalización, vigilancias, persecución y  amenazas de toda índole hacia compañeros/as por parte de las estructuras represivas del Estado y gobierno hondureño y del sector empresarial que está al frente del proyecto hidroeléctrico y que, por su perfil, genera serios temores e inseguridades en la zona.

En resumen, para el MADJ, que la DFC revoque el financiamiento, refirma la inviabilidad humana, la corrupción y la notoria violación de derechos que este tipo de proyectos plantean. Fundamentalmente, Reafirma la fuerza de la organización popular de las comunidades y la solidaridad nacional e internacional, que hacen valer la soberanía comunitaria en los territorios y materializan la defensa de sus derechos, en este caso el derecho a la participación democrática de manera decisiva, derecho a un ambiente sano, derecho a la información y el vital derecho humano al agua potable para las personas.

La consulta que surge, luego del anuncio de la DFC es ¿Cuándo renunciará o revocará el BID-Invest el financiamiento de estos proyectos de muerte?

Por la memoria de los mártires de las luchas del MADJ

Por la memoria de Ramón Fiallos y Argentina Gonzales y Santos.

Los pueblos venceremos y sabremos hacer justicia ante la voracidad y la corrupción del capital.

¡DESDE LA DIGNIDAD SIEMPRE ¡

Gobierno de los Estados Unidos retira apoyo financiero al proyecto hidroeléctrico Jilamito.

Después de más de 4 años de lucha de las comunidades de Arizona organizadas en el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia y de haber resistido todos los procesos de violencia institucional por preservar el río Jilamito para uso y consumo humano, surgen las buenas noticias, el gobierno de los Estados Unidos ha anunciado el retiro del apoyo financiero a este proyecto que ha generado violencia y división.

El financiamiento se otorgaría a través de la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo de los Estados Unidos (DFC) que proporciona financiamiento para proyectos del sector privado.

Según señala el sitio vice.com. “La DFC, que había prometido préstamos de $ 35,7 millones para el Proyecto Hidroeléctrico Jilamito, una presa de 14,8 MW en el noreste de Honduras, no dio razón de su decisión, excepto para señalar que se tomó después de “un período prolongado de debida diligencia”.

Esta noticia supone una alegría para las personas que han luchado por su río en la comunidad y reaviva los procesos de lucha por los bienes comunes y naturales en Honduras a pesar de todos los ataques que reciben y los homicidios que están en la impunidad, en el caso del proyecto hidroeléctrico Jilamito, dos personas ligadas a la lucha contra la represa han sido asesinadas y sus crímenes están en total impunidad.

Recientemente más de 60 organizaciones de Honduras y el mundo firmaron dos cartas para pedir se retirará el apoyo al proyecto y denunciando los vínculos de los desarrolladores de la represa con el blanqueo de dinero.

“Activistas de MADJ se unieron a organizaciones con sede en Estados Unidos, como School of the Americas Watch y el Latin America Working Group, para presionar al DFC para que retire su financiamiento para la represa Jilamito. Los legisladores demócratas, encabezados por la representante Ilhan Omar, también han pedido a la agencia que abandone el proyecto. Hemos tenido conversaciones positivas sobre este tema desde que el presidente Biden asumió el cargo y me enorgullece que hayan revocado el apoyo al proyecto”, dijo Omar”.

Por ahora el acuerdo de financiación se centra entre la empresa y el Banco Interamericano de Desarrollo, institución que ha intentado desconocer todo el proceso de resistencia y lucha que han desarrollado las comunidades a lo largo de este tiempo.

En la comunidad las personas siguen su proceso de resistencia en el sitio que han denominado Campamento Digno por la Defensa del Río Jilamito.

Leer carta completa a continuación:

Biden acaba de matar la financiación de una controvertida presa que Trump intentó construir en Honduras

La comunidad local luchó contra el proyecto y dos opositores fueron asesinados, pero Estados Unidos había prometido millones de todos modos..

El gobierno de Estados Unidos retiró el apoyo financiero esta semana de una presa propuesta en Honduras que se encuentra en el centro de un conflicto latente entre los residentes locales y los desarrolladores. Dos opositores al proyecto han sido asesinados. 

La decisión de la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos, (DFC), que proporciona financiamiento para proyectos del sector privado, marcó una victoria para los grupos de activistas en Honduras y Estados Unidos que habían instado a la agencia a abandonar el proyecto. En una carta reciente a funcionarios estadounidenses, establecieron paralelismos con el asesinato en 2016 de Berta Cáceres , una destacada activista que lideró la oposición a un proyecto similar de represa en Honduras.

La DFC, que había prometido préstamos de $ 35,7 millones para el Proyecto Hidroeléctrico Jilamito, una presa de 14,8 MW en el noreste de Honduras, no dio razón de su decisión, excepto para señalar que se tomó después de “un período prolongado de debida diligencia”. 

Pero la revocación de la aprobación otorgada por la Administración Trump se produce cuando la Administración Biden está revisando políticas hacia Honduras, Guatemala y El Salvador para tratar de reducir la pobreza, la corrupción y la violencia que impulsan a decenas de miles de personas a intentar llegar a Estados Unidos. cada mes. 

Un golpe de estado en 2009 en Honduras envió al país, que ya era uno de los más pobres del hemisferio, a una espiral de violencia. Desde entonces, la clase política del país se ha visto envuelta en repetidos escándalos, incluidas condenas por narcotráfico en Estados Unidos de familiares cercanos de los dos presidentes electos desde el golpe.

El cambio radical de la Administración de Biden eliminó casi la mitad de los fondos para el proyecto de la presa de $ 75,6 millones de dólares. Una división del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), una institución financiera multilateral, prometió otro 27 por ciento del costo de la represa en préstamos. La división, BID Invest, no hizo comentarios sobre el retiro de la DFC. 

La inversión restante proviene de una empresa hondureña, Ingelsa, que inició el proyecto hace unos 15 años. En los últimos años, la oposición ha crecido a medida que la comunidad local se unió a un grupo nacional, el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia, conocido por sus siglas en español como MADJ.

Activistas de MADJ se unieron a organizaciones con sede en Estados Unidos, como School of the Americas Watch y el Latin America Working Group, para presionar al DFC para que retire su financiamiento para la represa Jilamito. Los legisladores demócratas, encabezados por la representante Ilhan Omar, también han pedido a la agencia que abandone el proyecto.

“Hemos tenido conversaciones positivas sobre este tema desde que el presidente Biden asumió el cargo y me enorgullece que hayan revocado el apoyo al proyecto”, dijo Omar.

Ingelsa, sin embargo, dijo que sus planes seguirán adelante. La empresa dijo esta semana que “estaba construyendo el proyecto Jilamito” y señaló lo que dijo era un récord de “hacer cambios positivos en las comunidades rurales”. 

El respaldo inicial de la DFC y el BID, anunciado el año pasado, restó importancia a la evidencia de resistencia local y las amenazas generalizadas de violencia que enfrentan los ambientalistas en Honduras. Global Witness, una ONG internacional que rastrea las amenazas a los activistas de todo el mundo, ha calificado a Honduras como uno de los países más peligrosos del mundo para los defensores de la tierra. 

El asesinato de Cáceres, que había ganado el Premio Goldman , un premio internacional para activistas de base, demostró que ni siquiera el reconocimiento mundial era suficiente para proteger a los defensores de la tierra en Honduras. El presidente de la empresa que está detrás del proyecto de la presa contra la que luchó está siendo juzgado por planear su asesinato. 

Al menos un activista que lucha directamente contra la represa de Jilamito ha sido asesinado. En 2018, Carlos Hernández , un abogado que representaba a un funcionario local opuesto a la represa, fue asesinado por atacantes desconocidos en su oficina. Como ocurre con la gran mayoría de homicidios en Honduras, su caso sigue sin resolverse.  

Hernández era un exfiscal contratado para defender a Arnoldo Chacón, alcalde del municipio denominado Arizona, por donde discurre el río Jilamito, en el departamento de Atlántida. Chacón había sido acusado junto con cuatro miembros del MADJ por delitos relacionados con un campamento que protestaba por el proyecto de la presa. Los cinco esperan juicio. 

Unos meses antes de que Hernández fuera asesinado en la primavera de 2018, dos organizadores del MADJ fueron asesinados, presuntamente por las fuerzas de seguridad hondureñas. Ramón Fiallos, que también era de Arizona, recibió un disparo en el brazo de la policía y murió desangrado durante una protesta en enero contra la reelección impugnada del presidente hondureño Juan Orlando Hernández. Los activistas sospechan que Fiallos fue atacado por su oposición a la presa Jilamito y otros proyectos durante la ola de disturbios que siguió a las elecciones. 

Otro miembro del MADJ fue asesinado por la policía horas después de que dispararan a Fiallos. Geovanny Díaz fue sacado a rastras de su casa en Pajuiles, a sesenta kilómetros al oeste de Arizona, y disparado al estilo de una ejecución por hombres vestidos con uniformes de policía, según informes de testigos presenciales . Díaz se opuso a la represa de otro río cerca de su pueblo.

Global Witness nombró a los tres en su informe de 2018 sobre defensores del medio ambiente que habían sido asesinados por su activismo. 

Ingelsa dijo que nunca había cometido ningún acto de violencia y que la empresa trabajaba a través del diálogo para enfrentar lo que llamó acusaciones falsas. La comunidad había brindado un amplio apoyo al proyecto, dijo la compañía en un comunicado a VICE World News. 

Los partidarios de la represa dicen que impulsaría las fuentes de energía renovable de Honduras, mejoraría el servicio de electricidad en las ciudades de la costa norte del país y generaría cientos de empleos en la región durante la fase de construcción. Para abordar las preocupaciones sobre el suministro de agua, Ingelsa desarrolló una estrategia para asegurar el suministro de agua potable al área. 

Pero el cofundador de MADJ, Martín Fernández, dijo que la represa propuesta privaría a unas 30.000 personas de agua potable y señaló proyectos de represas similares que, según él, privatizaron el acceso al agua. Acusó a Ingelsa de criminalizar la oposición a la represa y agregó que los residentes de Arizona habían acordado dos veces en asambleas comunitarias formales revocar la concesión de su río. 

MADJ dijo que otros proyectos hidroeléctricos en la región no habían mejorado el acceso a la energía para las comunidades locales y que, en cambio, los precios de la electricidad habían aumentado. 

Aparte de la violencia que rodea al proyecto, DFC puede haber estado preocupada por uno de los principales accionistas de Ingelsa. Ingelsa es propiedad de una empresa manufacturera llamada Hermacasa, controlada por un empresario hondureño, Emin Abufele Marcos. 

El padre de Emin Abufele, Emin Abufele Salomon, propietario minoritario de Hermacasa, podría haber levantado una bandera roja. En 2003, diplomáticos estadounidenses recomendaron que a Abufele Salomon y Omar Abufele Salomon, otro propietario minoritario de Hermacasa, se les negara la entrada a Estados Unidos porque supuestamente “participaron en un patrón y práctica de prácticas financieras fraudulentas” que involucraban a un banco hondureño. 

Un fabricante de herramientas de Massachusetts, Simonds International, posee casi el 40 por ciento de Hermacasa. David J. Miles, presidente de Simonds Saw, dijo en un correo electrónico que la oposición a la presa era política y “sin mérito” y que estaba involucrada en conversaciones para “encontrar el mejor camino a seguir en función del clima de inversión actual”.

Con un éxito en su lucha contra la represa, la oposición continuará. “La gente de Arizona no quiere más migajas, ni mentiras, ni promesas incumplidas”, dijo en un correo electrónico Juan Antonio Mejía Guerra, coordinador de investigación del MADJ, refiriéndose al proyecto de agua potable propuesto.

“Arizona ha decidido que el agua del río Jilamito debe ser exclusivamente para consumo humano”.

Corrección: Esta historia originalmente decía que la DFC había prometido préstamos por $ 35,7 mil millones para el Proyecto Hidroeléctrico Jilamito, cuando en realidad se trataba de préstamos por $ 35,7 millones. Lamentamos el error.

Organizaciones de la sociedad civil urgen la cancelación definitiva del financiamiento internacional del proyecto hidroeléctrico Jilamito en Honduras

Más de 60 organizaciones de la sociedad civil de Estados Unidos y Honduras envían una carta conjunta a la Secretaría del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, expresando su seria preocupación con respecto al financiamiento propuesto para el Proyecto Hidroeléctrico Jilamito en Honduras por BID Invest (miembro del Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo) y la Corporación Financiera de Desarrollo de los Estados Unidos (DFC en inglés). Citando graves violaciones de derechos humanos, la carta insta a que Estados Unidos use su voz dentro de BID Invest y la DFC para garantizar que el financiamiento propuesto se cancele definitivamente.

La carta señala las numerosas similitudes entre el proyecto hidroeléctrico Jilamito y la represa Agua Zarca que en 2016 fue responsable por el asesinato de la líder indígena de renombre mundial Berta Cáceres. Citando la fuerte oposición de la comunidad, instancias bien documentadas de amenazas, asesinatos y criminalización, y una serie de denuncias graves de corrupción aún pendientes contra el proyecto, la carta pide a Estados Unidos que preste atención a las señales de advertencia. “No queremos que un asesinato de alto perfil tenga que pasar para que BID Invest y la DFC se retiren de este proyecto.”

Magdalena Díaz, miembro del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia de Honduras (MADJ) y el campamento que defiende el río Jilamito de este proyecto, explica, “Sabemos que hoy en día, por defender nuestros bienes comunes y naturales principalmente el agua — que es primordial para la vida, para las nuevas y futuros generaciones — nos asesinan. Nos criminalizan.”

Como señalaron juntos Allison Lira y Julien Christe, codirectores del programa de Honduras, “Honduras es uno de los lugares más peligrosos del mundo para los defensores del medio ambiente, en gran parte debido a proyectos extractivos como la propuesta represa hidroeléctrica de Jilamito. En un contexto de impunidad y corrupción generalizadas, proyectos como este generan con demasiada frecuencia violencia, dañan el medio ambiente y desplazan familias. Las instituciones financieras internacionales, como BID Invest y DFC, deben fortalecer las salvaguardias para garantizar que no socavan los derechos humanos y el estado de derecho en los lugares donde operan.”

Martin Fernández del MADJ establece que “mediante los cabildos abiertos, que es una instan jurídica en una municipalidad, las comunidades en dos ocasiones han determinado la no concesión de su fuente de agua y esto se estaría violentando que es un mandato popular. Otra de las situaciones estrictamente legales es que esta empresa obtuvo de manera fraudulenta este proyecto. En distintas ocasiones al nivel administrativo se les advirtió que este proyecto era inviable ambientalmente…Así que al BID nuestra advertencia para que puedan tomar en consideración estos elementos que podrían poner en precario su inversión.” 

Finalmente, la carta señala que el financiamiento del Proyecto Hidroeléctrico Jilamito socava directamente la prioridad declarada de la Administración Biden de abordar la corrupción y los abusos de los derechos humanos en Honduras como una forma de abordar las causas fundamentales de la migración. Como Martín Fernández del MADJ continúa “lejos de generar desarrollo estaría generando un clima de inseguridad y un problema social muy fuerte en el municipio de Arizona.”

Las organizaciones que firman la carta incluyen a las organizaciones de EE. UU. Witness for Peace Solidarity Collective, School of the Americas Watch, Pax Christi USA, the Grassroots Global Justice Alliance y muchos más, así como el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ) y el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). 

Lee la carta completa aquí: http://bit.ly/2021CartaJilamito