Desde el pasado 25 de abril de 2020, integrantes del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ) han iniciado a compartir alimentos producidos en sus comunidades, en los territorios organizados en el MADJ.
Magda Díaz, del núcleo comunitario de Arizona, Atlántida, compartió parte del trabajo de sus manos y de su familia; una amplia ración de yuca para que fueran entregadas el día de ayer 28 de abril de 2020 en varias tribus del pueblo Tolupán, quienes enfrentan los efectos más extremos de la pandemia del COVID 19, no solo sin atención médica sino también sin alimentos para el sustento diario.
A esta ola de solidaridad se han sumado aportes individuales de personas con la intención de contribuir a atender la emergencia de hambre en los distintos territorios organizados del MADJ, donde la operación «Honduras Solidaria» dejó sin posibilidad de alimentos a un gran número de familias indígenas.
La Coordinación General del MADJ y su área de organización, se movilizaron a la tribu La Candelaria, ubicada en el municipio de Morazán en el departamento de Yoro, una de las 31 tribus que conforman el pueblo indígena Tolupán. Junto a la Organización del pueblo Tolupán (OPT), estructura de representación indígena, surgida a raíz de la crisis de legitimidad de la FETRIXY reconocida aliada del saqueo de sus territorios y de la narcodictadura, entregan los alimentos enviados por las demás comunidades y personas solidarias.
“La idea es entregar estos aportes a las tribus del pueblo Tolupán en Yoro, iniciamos con la tribu La Candelaria pero estamos viendo la forma de llegar a las otras tribus, por los momentos estamos compartiendo raciones de alimentos y semillas para la siembra que está próxima a iniciar, de ahí veremos la forma de colaborar con la instalación de sistemas de riego en las tribus a donde la situación nos permita acceder”, manifestó Martín Fernández, una de las integrantes de la tripartita Coordinación General del MADJ
Esta misma actividad también se hizo en algunas comunidades del Sector Florida en el departamento de Atlántida donde se compartieron granos básicos, los cuales son parte importante en la dieta alimenticia de las y los hondureños. En Atlántida, en los días recientes se registró una brutal represión que dejó 2 personas heridas, 6 detenidos y 1 persona con proceso judicial abierto, debido a su denuncia de la entrega politizada de los alimentos por parte de personeros de la municipalidad.
Con el compartimiento de alimentos desde los núcleos del MADJ reafirmamos el compromiso político de lucha sostenida y permanente, entendiendo que hoy más que nunca, solo el pueblo, salva al pueblo y que la verdadera soberanía se conseguirá trabajando juntos y juntas, creyendo y confiando en el que está a nuestro lado.
La apuesta política del MADJ es pasar de la resistencia a la soberanía con Dignidad, haciendo gobierno desde las comunidades y asegurando condiciones dignas en la vida de las personas con una postura frontal de combate a la corrupción e impunidad.
El pánico y distracción que ha
provocado la pandemia mundial denominada Covid19 no nos quita el ánimo ni la
motivación para saludar a compañeros y compañeras de lucha, de tesón y de
valentía comprobada en la defensa de la dignidad de los pueblos, de la justicia
y de los bienes comunes.
Hoy 27 de marzo arriba a un
aniversario más nuestra organización hermana, el COPINH, y desde el Movimiento
Amplio por la Dignidad y la Justicia les saludamos con toda la solidaridad y
los afectos que producen todas las luchas por la dignidad.
Es por eso que hoy, desde cada
una de nuestras trincheras, desde cada territorio, desde cada persona
organizada en nuestro espacio les enviamos un revolucionario y fraterno abrazo,
para decir nuevamente que nos alegramos y celebramos su existencia, su vida y
su coherencia. Que desde su fundación ha sido y será un estandarte y motivación
para nuestras luchas.
Les agradecemos por ser la
inspiración de siempre en el desarrollo de las más justas y necesarias
rebeldías contra el racismo, capitalismo, patriarcado, colonialismo y otras
estructuras oprobiosas que afectan a nuestros pueblos y por mantener vivo el
legado de nuestra querida Bertita.
Les alentamos a seguir
construyendo y viviendo la refundación «por adelantado»; en
colectividad, en hermandad «juntándonos» todos y todas para llegar a
encontrar el bienestar común y reiteramos que su profunda, humana y alegre
lucha; seguirá siendo faro para muchos y muchas que aspiramos a que todos y
todas vivamos en DIGNIDAD y JUSTICIA.
Desde el MADJ les deseamos que la tarea de buscar dignidad y justicia siga hermanando nuestros pueblos, nuestras organizaciones, nuestros quehaceres y nuestros corazones.
En tiempos de crisis
cada sector muestra su verdadero espíritu e interés. Queda claro que el COVID
19 está siendo el escenario perfecto
para una nueva fase de saqueos por parte de la narcodictadura, la cual en menos
de 20 días se ha garantizado casi 500 millones de dólares bajo la excusa de
atender la emergencia, los cuales no podrán ser auditados.
No quedan dudas, el
virus es una amenaza real que está impactando en niveles severos a países del
mundo con sistemas de salud fortalecidos y capacidades estatales reales. Sin
embargo, en Honduras, la fórmula
corrupción – militarización sigue siendo la única respuesta del narco gobierno,
evidenciada en las distintas medidas adoptadas e implementadas a partir del 11
de marzo hasta este momento.
La narrativa de
prevención con la cual han trasladado a la población medidas como la aprobación
de la Ley de Aceleración Económica y Protección Social, la suspensión de
labores tanto en el sector público como en el privado, el cierre de fronteras,
terminales aéreas y marítimas para tránsito de personas, el toque de queda
absoluto, entre otras, se ha desvanecido por completo con hechos como la compra
inadecuada de ventiladores mecánicos, las masacres en la colonia San Francisco
en Tegucigalpa, los tres femicidios en Choloma, Cortés y el hallazgo de la
narcoavioneta “ambulancia” colombiana que transportaba cocaína la cual fue
robada antes de la llegada de las autoridades al lugar, y el reiterado
desprecio de las grandes empresas por sus trabajadores al suspender contratos y
condenarles al hambre, entre otras.
Todo esto sumado a la
adopción de las campañas internacionales de quedarse en casa como medida
principal para prevenir el contagio y el llamado a aplaudir al personal médico
para agradecer su labor, son una muestra clara del clasismo y la grave
incapacidad que la narcodictadura tiene para responder a la crisis en un país
donde más del 60% de los más de ocho millones de habitantes vive en condiciones
de pobreza según las cifras del Banco Mundial y donde el sistema de salud
pública enfrenta el segundo desfalco y saqueo millonario en la historia del
país.
Las medidas
autoritarias adoptadas son una bomba de tiempo que estallará a la brevedad con
la llegada del desabastecimiento de alimentos y la profundización de la pobreza
que ya vivimos. Ese es el escenario
posterior en el que la narcodictadura empleará los fondos saqueados mediante el
clientelismo político y el populismo como herramientas de su campaña electoral.
La población hondureña
tiene claro qué puede esperar y no esperar del gobierno en general y
particularmente en este contexto, pues ha sido evidente a lo largo de sus
mandatos que su compromiso real es con el narcotráfico, las empresas y
asociaciones privadas y el capital transnacional extractivo. Por eso lo más
urgente y necesario es preguntarnos cómo respondemos a esto desde la
solidaridad, la ternura y el cuidado colectivo.
Es urgente preguntarnos
y respondernos, ¿qué papel nos toca y debemos asumir las organizaciones de
derechos humanos y los movimientos sociales y populares para dejar de ser
simples observadores? ¿Es posible que la oposición política y social promueva e
instale colectivos populares integrados por médicas y profesionales de la salud
para enfrentar al coronavirus y a la peste mayor que es el régimen de la
narcodictadura?,
¿Podemos conformarnos como colectivos o redes
solidarias en cada una de nuestros barrios y colonias para amortiguar el golpe
del desabastecimiento de alimentos? ¿Aportar lo que podamos para que sintamos menos la orfandad y asumir la
condición de sujetos colectivos del proceso?
Es horroroso ver al
régimen, a otros actores políticos y económicos traficando con la dignidad de
nuestro pueblo, haciendo proselitismo con la inseguridad y el miedo de nuestra
gente, por eso desde el MADJ nos asumimos con la responsabilidad de pensar y
proponer y no conformarnos con el encierro individualista.
Hacemos un llamado a la
oposición parlamentaria y funcionarias/os al margen de la dictadura, a que sus
cargos irrumpan camino en la implementación de propuestas para enfrentar la
crisis de esta emergencia. No podemos ser espectadores. Deben usar sus cargos
públicos en su mayor o menor medida, para dar las respuestas que la dictadura
se niega a brindar. Son quienes en este momento histórico deben asumir el
debate sobre la ruta diaria de la crisis, visualizando los alcances y medidas económicas
a futuro.
Llamamos a romper el distanciamiento social, a hablar, actuar y responder a ello en conjunto con cuidado colectivo, con la solidaridad y la ternura que son la verdadera y real esperanza de nuestra sociedad ahora y en todo momento.
Luego de cruzar el río Locomapa, esta vez a la altura de la
comunidad San Francisco Campo nos dimos cuenta que estábamos en el sitio donde
sería la brigada. Un espacio más o menos grande, con piso de tierra y una galera
dividida en tres partes decoradas con mantas de tela y una bandera de Honduras.
En la parte frontal escrita en el suelo la leyenda “Bienvenidos hermanos”. No había
dudas, estábamos en el Campamento Digno por la Defensa del Bosque y el
territorio Tolupán, en San Francisco Locomapa, Yoro.
Era la tarde del diecisiete de diciembre del recién finalizado
dos mil diecinueve. Todo estaba en marcha, una cadena humana trasladaba los
medicamentos, ropa, carpas, zapatos, etc., al mismo tiempo que iban y venían colgando
mantas, instalando sillas, mesas, escritorios, improvisando camillas y
adecuando los espacios donde se atendería a las distintas tribus durante día y
medio del 18 y 19 de diciembre. Mientras avanzaba la tarde el trabajo colectivo
continuaba junto al cafecito que por turnos se tomaba en la casita del compa
Amado Cabrera.
Finalmente todo estaba
listo, niños y niñas jugaban contentas en el Campamento y las últimas luces del
día impactaban sobre la manta colgada al frente con la leyenda “convocamos a nuestro
pueblo; el más hermoso, el honesto, el que tiene una sola cara de dignidad…”. Palabras quede inmediato nos trasladaban a los días
de huelga de fiscales, al inicio de todo. Varias cosas habían cambiado, pero
otras seguían intactas. Seguíamos en resistencia permanente, en lucha colectiva
desde la claridad y la ternura, en la determinación de convertir en herramienta
y acción política cada uno de nuestros pasos por la dignidad y la justicia.
Durante las horas de la noche el Campamento se
convirtió en el punto de encuentro de la comunidad, de la conversación y la
risa, del baile y la competencia jugando a la rayuela. Hace más de 6 años atrás, el 25 de agosto de 2013, exactamente en ese mismo lugar sicarios
pagados por empresarios saqueadores de minerales del pueblo tolupán asesinaron
a sangre fría a Armando Fúnez Medina,
Ricardo Soto Fúnez y María Enriqueta Matute, madre de Celso y Amado
Cabrera cuyas casas siguen ubicadas dentro del predio que comprende el sitio.
Después
del frío de la noche, a las 6 en punto de la mañana siguiente todo estaba
listo. La fila de espera empezó a hacerse cada vez más larga. Un equipo de
médicos, 4 mujeres y un hombre, 2 paramédicos y al menos 20 personas de los
núcleos organizados en el MADJ estaban ya en funciones. La Brigada
Preventiva por la Dignidad del Pueblo Tolupán, organizada y ejecutada por el MADJ
y el Consejo Preventivo de Tribu estaba en marcha.
Las filas estaban
mayoritariamente compuestas por mujeres de todas las edades. Había una cosa común
entre todas, estaban acompañadas de niños y niñas, por regla general, casi
siempre más de 3. Se trataba de sus hijos e hijas. En la realidad cotidiana de
las tribus tolupanas la maternidad es una tarea que inicia a una edad muy
temprana.
En las filas, esperaban
alegres, mientras conversaban entre ellas en medio de la pena que las
caracteriza. Hablando bajito, más de alguna comentó que habían solo mujeres
porque los hombres estaban en el campo trabajando y podrían llegar pasadas las
4 de la tarde.
Las precarias condiciones
de vida y la carencia de acceso a servicios básicos como energía eléctrica y
teléfonos celulares no fueron obstáculo para que la noticia de la brigada se
propagara por todas las tribus aledañas. Llegaron desde El Palmar, Piedra
Gorda, Agua Fría, El Firay, San Francisco Aldea, San Francisco Campo, San Blas,
Mezcales, Las Brisas, Cabeza de Vaca No. 2, para la mayoría de estas implicó
llegar caminando por más de dos horas. “No importa la caminada” decían entre
risas. “Nunca se había visto una cosa así aquí en la tribu. Es la primera vez
que los medicamentos que traen no están vencidos y no nos cobran.”
A más de una hora de distancia
del Campamento, en la última comunidad habitada por ladinos se encuentra ubicado
el Centro de Salud que permanece cerrado aún en días de semana y desabastecido
de medicamentos. A pesar de ser un servicio público implica cobros arbitrarios
por parte del personal asignado. La salud es también un privilegio al que las
tribus tolupanas no pueden acceder.
Contrario a eso, en el
Campamento al menos 900 personas fueron atendidas. Tras su llegada, cada
persona se identificaba, sus signos vitales eran tomados por los paramédicos
para luego en grupos de 10 pasar a la primera estación. Bajo la carpa en la que
en sus costados se leía “Milgen Soto Ávila, presente” y “Fuera Narcodictadura”
los grupos se involucraban en una conversación colectiva.
Al mencionar y
rememorar el saqueo histórico, la lucha sostenida desde hace muchos años, el
conflicto permanente por sus tierras ancestrales, los estragos de la presencia
de empresarios y ladinos, el papel del Consejo Directivo de Tribu y de la
FETRIXI, como piezas útiles para el empobrecimiento de las tribus, el gesto en
los rostros era común.
Volvía la rabia y el
rechazo, el dolor colectivo por los asesinatos de quienes defendieron de los
abusos a sus tribus incluso con sus vidas. El dolor de un año que se llevaba consigo
la vida de tres integrantes de la tribu, militantes del MADJ, asesinados por
defender sus bosques y creer como verdad que la dignificación de su pueblo es
posible.
Al finalizar, con
espíritu de lucha renovado pasaban al espacio de consulta. El equipo médico
estaba listo para atenderles. Con diagnóstico y receta en mano pasaban a “farmacia”.
Una zona aledaña con medicamentos clasificados, en buenas condiciones y adecuados
para cada padecimiento. Ya con sus medicamentos, la siguiente estación les
aseguraba una provisión de comida mínima, pero sustancial, para finalmente
compartir la ropa y zapatos que mucha gente, de las universidades, de iglesias,
organizaciones amigas como CARITAS y particulares con mucha dedicación
prepararon para enviarles.
La brigada permitió que dos niños con cuadros graves
pudieran continuar con vida al ser atendidos de inmediato y remitidos al
hospital más cercano. Permitió que el acceso a la salud fuera al menos por un
día una realidad para las tribus tolupanas, que la memoria histórica les
salvara del olvido y la indiferencia a la que la avaricia y el capitalismo devorador
les ha condenado.
Pero sobre todo, sirvió para entender y recordar que no se
trataba de una jornada asistencialista, sino de una brigada
política, humana. Del encuentro de los distintos actores del proceso por la
dignidad del pueblo tolupán. Del encuentro entre el pueblo, tribus, y profesionales,
que finalmente siempre hemos sido y somos pueblo. Del aprendizaje recíproco.
De reafirmar el rechazo
al asistencialismo humillante y útil para perpetuar la desigualdad. De recordar
que el empobrecimiento y el padecimiento de las tribus tolupanas tiene
responsables con rostro, nombres y apellidos. Y que para acabar con eso toca
seguir luchando desde la organización popular, la formación política y la
claridad de que otra forma de vida, más humana y más digna es posible para el
pueblo tolupán y para Honduras.
Que parte de hacerlo
realidad es como bien lo expresa Ángela Murillo, líder indígena tolupán, no
solo soñar sino trabajar “porque todas las tribus sean Movimiento Amplio, porque
que el Consejo Preventivo tome el control, porque que no haya desigualdad para
nadie y que no sigan dañando el bosque.”
Y que debe andarse ese
camino con la esperanza de lo que entre sonrisas y el asomo del llanto por lo
que conmueve ella afirma, “tal vez uno piensa que ya no hay cambio, pero sí hay
una solución, la solución somos nosotros. Nos hemos dado cuenta que somos
capaces de darle esa transformación a nuestra tribu y también al país entero.”
EDITORIAL: EN DEFENSA DE BOLIVIA, EN DEFENSA DE NUESTRA AMÉRICA
“Evo, que la sangre negra originaria riegue la victoria. Que ya sabes de sobra que nadie te mata porque ya diste la vida. Que les hablaste por primera vez a los ojos de los pobres, de los campesinos, de los indígenas y que eso es imperdonable para quienes quieren seguir teniendo indiecitos regando el jardín. Que el empoderamiento ya se hizo carne, hueso, humanidad, movimiento, marcha indeclinable, humildad organizada, mujeres fuertes, niños fuertes, hombres fuertes. Que acá no te rendiste un carajo. Porque los ríos cantan, porque la tierra tiembla. Y porque los invisibles dijeron por primera vez en su larga y pobre vida: estamos, somos y tenemos el derecho de vivir en paz.”
Revista Sudestada
“La biblia volverá al palacio de gobierno, nunca más volverá la pachamama”. Fue la premisa con la que el golpista Luis Fernando Camacho se dirigió al pueblo Boliviano cuya población indígena supera el 60%. El fundamentalismo religioso de Camacho y Mesa es profundamente fóbico y de odio ante la administración y el poder indígena.
Las indígenas han demostrado a lo largo de 13 años de gestión, las capacidades políticas, económicas, filosóficas y sociales ancestrales puestas en práctica desde la administración pública, la soberanía con dignidad y la independencia. Claramente, el golpe de Estado no es solo en contra del Estado, es en contra de la Plurinacionalidad.
Hoy la Neocolonia capitalista y principalmente racista y aporofobica ataca la dignidad conquistada desde la pluralidad construida en Bolivia y para el mundo, llamando a destruir el Estado Plurinacional y retornar a la República, conservadora y desigual, quemando el WHIPALA como acción política de la oposición, sentando un precedente más en la memoria histórica de despojo y empobrecimiento para los pueblos originarios y afros.
Se trata de una afrenta para América ante el proceso descolonizador impulsado desde el sur y a la autodeterminación de los pueblos en un momento en que las derechas perdieron control en México y Argentina, y varios otros pueblos del continente resisten y construyen la esperanza para derrotar al nefasto neoliberalismo.
En Honduras conocemos perfectamente el guion empleado en Bolivia, de golpes de Estado orquestados e impulsados por Estados Unidos y su intervencionismo en la región. Conocemos también el papel de la OEA y su efectividad selectiva que le permitió presentar en tan solo 10 días un informe en Bolivia y tardó 4 meses en Honduras a pesar de la gravedad de la crisis que generó el fraude. Esa misma OEA que convocó a tratamiento de emergencia el caso de Venezuela pero ahora observa pacientemente los hechos desatados en Bolivia.
Es claro, los pueblos libres de América Latina siguen en amenaza cada vez más violenta como mecanismo para controlar la avalancha de lucha por la liberación que recorre la región. La derecha tiene claro que los gobiernos populares son conquista de los propios pueblos movilizados en lucha y resistencia que tuvieron una etapa de constitución en el Estado, por ello, las reacciones no solo se dirigen a los gobiernos constituidos sino fundamentalmente a desarticular los movimientos sociales y esto se debe a que entendió que la política se disputa en las calles.
Desde el MADJ, deploramos la complicidad de gobiernos y organizaciones que bajo la indigna bandera de la neutralidad han promovido y hoy respaldan el golpismo boliviano. Nos solidarizamos con el pueblo digno que comprende lo oprobioso de este acto, que desde la claridad resisten en defensa de la república plurinacional que han construido. Llamamos a la unidad de los pueblos y gobiernos dignos del continente.
Ahora más que nunca es urgente la capacidad de vernos desde el proyecto de la América Latina, de hermanarnos con los otros pueblos y de defender la dignidad y la justicia de nuestro continente. Es urgente que los movimientos sociales y políticos del mundo nos declaremos en movilización permanente para exigir la preservación de la vida de los pueblos originarios bolivianos víctimas del racismo y de los pueblos de nuestra América y en eso nuestro compromiso permanente.
Más allá de errores políticos, hoy hubo un golpe al Estado Plurinacional, que durante siglos la colonia capitalista ha constituidos por la exclusión, desigualdad y discriminación hacia los pueblos indígenas. El golpe es racista y fundamentalista y no hay posturas neutras o medias, “Ahora, como en tantas ocasiones en la historia de América Latina, es cuestión de en qué lugar se posiciona cada quien: con la derecha asesina y su golpismo de muerte y destrucción, o con el pueblo.”
¡Fuera golpistas de Bolivia, de Honduras y de nuestra América!
El Movimiento Amplio por la Dignidad y
la Justicia condena la actitud criminal con que heraldos de la muerte
intentaron amedrentar y hacer daño a nuestra compañera de siempre y periodista
al servicio del pueblo, Sandra Maribel Sánchez. La tarde de ayer, 26 de septiembre,
individuos desconocidos con armas en mano amenazaron con secuestrar y atentar
con la vida de Sandra Maribel Sánchez en la ciudad capital, Tegucigalpa. No se
trata de delincuentes comunes; los criminales que atentaron contra Sandra
Maribel son más bien sujetos perversos organizados en grupos criminales que
actúan protegidos por el manto de poder e impunidad con que la narco dictadura mantiene
secuestrada la nación Hondureña.
Reconocemos en Sandra Maribel Sánchez
nuestra amiga y compañera permanentemente, solidaria desde aquellos días de
abril y mayo del 2008, cuando la huelga de hambre de un puñado de fiscales
honestos y paría nuestro Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia; desde
entonces hasta ahora Sandra Maribel ha sido solidaria y defensora de las causas
sociales y políticas de nuestro movimiento social que va creciendo y permeando
comunidad tras comunidad del territorio nacional. La periodista Sandra Maribel
Sánchez es una voz profesional, autorizada, legitimada, justa y digna que ha
sido capaz de vencer la mentira, el asalto, las idioteces y demás engaños con
que militares, empresarios extractivistas, funcionarios públicos y el cartel
Hernández ha intentado mantener engañada y dividida a la población hondureña.
Sandra Maribel; voz de colonizadora,
de mujer inclaudicable en lucha abierta contra el patriarcado imperialista, voz
ciudadana que defiende los derechos de las mayorías humilladas y despojadas de
este país, voz de una generación que exige a gritos el más elemental respeto a
la dignidad humana, el derecho a ejercer soberanía sobre nuestros territorios y
bienes naturales, el derecho a vivir en paz con seguridad social; a vos, Sandra
Maribel, nadie podrá silenciarte porque tu palabra pertenece al pueblo; y el
Movimiento Amplio comparte tu causa.
El intento de secuestro y asesinato
contra Sandra es la evidencia tangible de la grave situación que periodistas y
comunicadores populares confrontan a diario ante la estructura criminal de la
dictadura EEUU – Hernández.
Por ello y más el Movimiento Amplio
con profunda indignación condena las acciones de las hordas asesinas que intentan
silenciar a quienes hablan desde el pueblo y por la construcción de una
Honduras más nuestra, más popular, digna y justa.
No estás sola Sandra, nosotras y
nosotros somos más.
Habitantes de las comunidades de Pajuiles, organizadas en el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia en defensa de los bienes comunes y naturales a través de los campamentos Dignos por el Agua y por la vida, hacemos de su conocimiento a la comunidad nacional e internacional lo siguiente:
Que tenemos conocimiento de la injusticia que se ha
cometido con los defensores del Agua y la vida de las comunidades de Guapinol y
el sector San Pedro de Tocoa en el departamento de Colón, al someterlos a un
juicio arbitrario por el único ¨delito¨ de defender los bienes comunes y
naturales.
Que abrazamos y hacemos nuestra la lucha que
valientemente están enfrentando.
A ustedes, a sus familiares y a todos sus compañeros y
compañeras de lucha les enviamos nuestras muestras de solidaridad y les decimos
que no están solos, que la lucha es justa y necesaria para que algún día las
generaciones presentes y futuras tengan en Honduras un mejor lugar para vivir.
Que condenamos estas acciones de criminalización y
penalización, impulsadas por la empresa minera Inversiones Los Pinares en complicidad con las autoridades hondureñas
del Ministerio Publico, Instituto de Conservación Forestal y la Policía
Nacional.
Repudiamos la actitud servil de las instituciones de
nuestro país, pues creemos firmemente que DEFENDER EL AGUA, NO ES UN DELITO.
Iniciamos el mes de
Septiembre de la forma más característica de la institucionalidad en Honduras;
injusta, corrupta y violenta.
No podemos seguir
viviendo en un país donde existe un gobierno ilegitimo, vinculado al
narcotráfico, corrupto, impune y violento. La represión sistemática ejercida en
contra de nuestros pueblos es una respuesta a nuestra decisión popular, anti
capitalista y por el derrocamiento de la dictadura, de sostener el proceso político
de liberación y transformación del país.
En Honduras, la
intensificación del binomio extractivismo y corrupción se apertura post golpe
de Estado en el año 2009. A 10 años del fatídico y subdesarrollado acto, dio la
apertura exacerbada para la extracción de materia prima, condicionando una vez
más en la historia del país, de la región y del continente, la economía en
manos transnacionales, la corrupción y la muerte.
El Estado Hondureño,
que desde los organismos multilaterales, financieros y cooperantes es
ampliamente sabido así como fomentado, su inoperancia en la garantía de
derechos universales para el desarrollo a plenitud y con dignidad de los
pueblos, desde el nulo derecho al agua, salud, educación, seguridad, vivienda,
así como a un ambiente sano y saludable; hoy día la resistencia ante los
proyectos transnacionales y nacionales son por la inoperatividad del Estado con
la Sociedad, en pocas palabras, en Honduras existen Empresas que son Estados.
El anterior 01 de
septiembre se presentaron 7 luchadores políticos y sociales del río Guapinol, criminalizadas por el proyecto minero Inversiones Los Pinares, en el Parque Nacional Montaña de
Botaderos. Se les ha sobreseído los cargos por asociación ilícita y robo
agravado, pero al mejor estilo de la justicia corrupta, se les ha dictado auto
de formal procesamiento por incendio agravado y privación injusta de la
libertad.
Las siete personas
son Porfirio Sorto, José Abelino Cedillo, Kelvin Alejandro Romero, Arnold
Javier Alemán, Ever Alexander Cedillo, Orbin Nahún Hernández y Daniel Márquez.
Sumado a los luchadores Jeremías Martínez, quien guarda prisión desde diciembre
de 2018 y Antonio Martínez quien falleció en el año 2015, dos años previos de
presentarse el requerimiento fiscal.
Desde el MADJ nos
solidarizamos con las y los compañeras y compañeros luchadores políticos y
sociales, acusados por el ya inoperante y ampliamente cuestionado sistema de
justicia, que con fondos públicos custodian la propiedad privada y utilizando
el derecho penal como instrumento para proteger los intereses de quienes
despojan permanentemente al país.
Hacemos el llamamos
al dialogo popular directo con los actores de quienes hoy enfrentan al modelo
de despojo, a no seguir el compás del guion del sistema, creemos y sostenemos que
debemos y tenemos la capacidad de establecer pautas que nos posicionen a la
altura de la transformación que requiere el país.
Desde nuestra base
comunitaria abrazamos y nos sumamos al proceso político de resistencia de las y
los compañeros de Guapinol, estamos convencidos que para detener esta guerra
contra el pueblo no bastan las consignas, necesitamos pensarnos y construir un
nuevo país.
Ante lo anterior
establecemos que;
Que
no pararemos en la lucha contra el modelo de despojo, empobrecimiento y
violencia.
Que
intensificaremos la lucha por la libertad de los presos políticos, la
presentación de los desaparecidos y la justicia para los asesinados.
Que
la ola represiva es en respuesta a esa resistencia contra el despojo que no
conoce mesura, pero también ante la determinación de la población hondureña.
Que ante el mal
llamado mes patrio, hacemos el llamado a la población hondureña, a organizarse,
a salir a las calles, a sumarse al proceso político por la liberación y
transformación de Honduras.
Desde el
Movimiento Amplio de Honduras expresamos nuestra consternación, repudio e
indignación ante la irresponsable y criminal tragedia que ha acabado con la vida de 84 personas y cerca
de 300 personas en el municipio de Brumadinho, Estado de Minas Gerais,
República de Brasil. Expresamos nuestra solidaridad al hermano pueblo del
Brasil y de manera muy especial a la comunidad doliente de Brumadinho, donde
una presa de desperdicios mineros reventó provocando un desastre catastrófico
humano y ambiental.
No es la
naturaleza que condena a Brumadinho a someterse a esta situación difícil, sino
la falta de sentido humano muy propio de los proyectistas de concesiones
extractivas que despojan a los pueblos de sus bienes naturales y los condenan a
la muerte y a la miseria.
Nos
abruma saber que varios centenares de gentes humildes han zozobrado a causa de
la avaricia desmedida de empresarios mineros miopes y funcionarios corruptos
que aprueban este tipo de proyectos sin antes asegurar la vida de las personas
de los pueblos adyacentes potencialmente impactados por estas concesiones.
Repudiamos
las acciones de aquellos Estados y corporaciones empresariales incapaces de ver
en este tipo de calamidades el profundo dolor humano que provocan y el daño
ambiental terrible que finalmente se vuelca contra el ser humano y la comunidad
viviente. Si tan solo escucharan las voces, los reclamos y las argumentaciones
de las comunidades y sus organizaciones estas tragedias pudieran evitarse.
Indigna
saber que ésta no es la primera tragedia minera que ocurre en el Estado de
Minas Gerais; similares deslaves han tenido lugar en Itabirito (1986),
Sebastião das Águas Claras (junio 22 de 2001), Miraí (enero 10 de 2007),
Herculano (septiembre 10 de 2014) y en Mariana (noviembre 5 de 2015). Y las
autoridades se empecinan en continuar otorgando concesiones con estudios de
impacto ambiental superficiales, que se realizan únicamente para cumplir con
las leyes, mas no para medir los impactos potenciales que comprometen la vida y
el bienestar de las personas. El Principio de Precautoriedad como principio de
derecho internacional ambiental refrendado en la Cumbre de Río de Janeiro es
opacado cuando hay intereses económicos desmedidos de por medio. Ahora le ha
correspondido a Brumadinho aportar los muertos y desaparecidos. ¿Cuántas más de
estas tragedias tendrán que vivir las poblaciones de América Latina para que
los Estados y las oligarquías empresariales extractivistas se tomen en serio la
seguridad de las personas y los pueblos?
Recordamos
también la tragedia del proyecto hidroeléctrico HIDROITUANGO ocurrida en
Colombia en mayo del año pasado. ¿Nadie desde las esferas de poder político y
económico de los Estados latinoamericanos es capaz de entender estos eventos y
hacer una lectura lógica, científica y jurídica de los mismos en clave de
preservación de la vida y respeto a los derechos humanos de las personas y los
pueblos?
Brumadinho
no es una tragedia extractivista aislada. Desastres por fallas en represas
hidroeléctricas y mineras se están convirtiendo en eventos frecuentes, lo que
nos permite inferir que seguirán ocurriendo muchos más mientras la lógica de
muerte del capitalismo extractivista domine nuestros pueblos. El capitalismo
extractivista es la punta de lanza de la colonización postmoderna a que se
destina a América Latina. Frente a esta lógica extractivista devastadora y
deshumanizante no podemos dejarnos avasallar por dinámicas extractivistas
ajenas al ser propio de nuestro continente.
El
Movimiento Amplio de Honduras, además de solidarizarse con el pueblo del
Brasil, invita a convertir en resistencia social la rabia que provoca la ocurrencia
de estos acontecimientos. Cada comunidad, región, país y toda América Latina
debemos cerrar filas contra la minería a cielo abierto y en general contra todo
proyecto o concesión extractivista que amenace la existencia y el bienestar
humano de todo ciudadano y ciudadana. Chico Méndez en Brasil, Bertha Cáceres en
Honduras, Máxima Acuña en Perú marcan el camino a seguir en la Patria Grande
defendiendo la dignidad de nuestros pueblos y el respeto a la autodeterminación
y usufructo de nuestros territorios y bienes naturales.
San Pedro
Sula, Honduras. 30 de enero de 2019.
Movimiento Amplio
Somos un movimiento social y político comprometido en la lucha por construir y desarrollar, en Honduras, una propuesta popular en contra de la corrupción y el mal manejo de los bienes públicos y a favor de una sociedad que crezca desde la transparencia, la dignidad y el respeto a los derechos humanos y al ambiente.