¿Guerra contra quienes?

La guerra contra las drogas y el crimen organizado, recae en la caravana migrante.

Entre la oscuridad de la noche y el cansancio de una narcodictadura; la Policía Nacional y el Ejército se apostan en el paso fronterizo de El Florido, en el departamento de Copán, en horas de la noche del 15 de enero del 2021. Se ubicaron frente a la 4ta Caravana de Migrantes que ya sumaban más de 5,000 personas en menos de 24 horas de haber iniciado. La Policía Nacional, ante la crítica situación, confirmo de qué lado se encuentran en esta disputa profunda por la liberación del país, pues ya no se trata de una cuestión de “seguir o no seguir órdenes” o “que ese es su trabajo y deben hacerlo aunque no les guste”, es que su provocación fue de guerra contra las y los migrantes, en donde oficiales y elementos policiales cantaron el himno de la Policía Nacional y cantos de entrenamientos, de forma intimidatoria y como señales preparativas para un combate entre Policías y Migrantes, dejando en claro la acumulada crisis histórica en la que se encuentra el país, acciones vistas a través de la historia en guerras civiles y largos períodos de ingobernabilidad.

Con miradas fijas y concentradas, agitaron los toletes en sus escudos, marchaban con tal violencia, que podía escucharse como su respiración se aceleraba por la adrenalina. Alumbraron con sus focos de mano a los rostros, y mientras avanzaban contra la caravana, de un lado se escuchaban, gritos agitados y cansados que entonaban el himno nacional de Honduras “[…] serán muchos Honduras tus muertos, pero todos caerán con honor” y, por otro lado, oficiales gritándole a sus elementos “avancen”,” firmes”, “[…] por la patria, por la vida, policía”.

Para el 16 de enero, sobrevolaban helicópteros en el puesto fronterizo, se movilizaban decenas de militares y policías de Honduras y Guatemala, la primera fila, principalmente de mujeres jóvenes y madres, se arrodillaron, con sus manos al aire, oraban y pedían a Dios, que les dejasen pasar. En el transcurso del día, gracias a las plegarias, pero principalmente a la organización, hicieron lo suyo – para el 17 de enero, la caravana avanzó superando militares y policías de los puestos fronterizos con destino a Vado Hondo, Guatemala.

Entre el 17 y 18 de enero, los diálogos entre migrantes, fuerzas armadas y algunos “cónsules”, se perdieron cuando las fuerzas armadas y la policía de Guatemala, desalojaron a la caravana migrante, utilizando gas lacrimógeno y persiguiéndoles entre zonas residenciales, zacateras y el paso carretero, pues las autoridades alegaron que la caravana paralizó y afectó la economía de Guatemala por su inmovilización en la carretera y el paso fronterizo en Vado Hondo. 

¿Quiénes son los responsables que provocaron semejante éxodo?

Los medios de comunicación corporativos de la élite económica y militar, señalan a la crisis mundial del COVID19 y el paso de los huracanes Eta e Iota como los principales responsables, además de vincular la caravana como una acción del crimen organizado para traficar personas, drogas y desestabilizar el país, según declaraciones brindadas por el Director Nacional de Servicios Policiales Fronterizos, el comisionado Julián Hernández.

Por su parte Nelly Jerez, vicecanciller de la Republica, brindaba declaraciones a los medios de comunicación, que los esfuerzos entre el gobierno y la empresa privada para evitar la migración irregular se centraba en el corte de café y caña de azúcar, pero que las personas querían más y que, por ende, tomaban la decisión de irse del país.

El gobierno central de Juan Orlando Hernández, Mauricio Oliva y Oscar Chinchilla, el partido nacional y liberal, las fuerzas armadas y asociaciones de empresas privadas, vinculan la caravana de migrantes con el crimen organizado y la oposición política, cuyas pretensiones son la desestabilización del país. Cabe resaltar, que quienes tienen el control pleno de todas las instituciones del Estado, así como el control de las fronteras, puertos y aeropuertos, es la narcodictadura; misma que en el año 2014 aprobó la Ley de protección de la soberanía del espacio aéreo que da la facultad a las Fuerzas Armadas, a derribar aviones y avionetas bajo sospecha de transporte de droga provenientes de sur américa, y así de esta manera contrarrestar el flujo de narcóticos y de redes del crimen organizado, deslegitiman las declaraciones de ambos funcionarios, pues los resultados y datos de la narcodictadura, dicen lo contrario.

Las caravanas son el resultado de la violencia, el empobrecimiento y desigualdad provocadas por las intervenciones militares, la militarización de la sociedad, el crimen organizado y la corrupción e impunidad por parte del gobierno, el partido Nacional y Liberal, la cooperación internacional y las fuerzas militares.

Estos actores son los grandes responsables de la mayor crisis humanitaria y de derechos humanos en la historia del país, pues su respaldo y reconocimiento a gobiernos vinculados al narcotráfico, han oxigenado a las élites criminales por más de 11 años desde el periodo post golpe de Estado. Este es el resultado de múltiples intervenciones políticas, económicas y militares, con el silencio cómplice de la OEA, ONU, entre otros organismos internacionales, que en todo momento han legitimado las acciones criminales de la narcodictadura, del partido nacional y liberal, de la intervención norteamericana en la Mosquitia y de la corrupción e impunidad.

No es acaso Estados Unidos la principal bóveda de información del mundo – lo que los medios de comunicación corporativa y funcionarios públicos, nos intentan decir es que ¿Un par de sujetos con limitantes económicas, formativas y logísticas pueden superar el aparato de inteligencia de las fuerzas armadas de Honduras y de la Fuerza de Tarea Conjunta-Bravo en Palmerola para conformar una caravana de migrantes y así facilitar el tráfico de drogas en beneficio del crimen organizado para desestabilizar el país? – o las élites económicas y militares, al mejor estilo de guerra fría, acatan a cabalidad las ordenes imperiales de EEUU – la caravana no sale del triángulo norte, cueste lo que cueste.

Simple y sencillamente, es poco racional e irrisorio la opinión de los medios y funcionarios, pues el narco Estado, también es creación de la embajada de EEUU y FTC-Bravo en Palmerola, que desde su creación en 1983 ha tenido influencia en Ahuas, en Gracias a Dios, hasta la actualidad, sin mayores resultados para la mejoría de calidad de vida de las y los hondureños y el país en general.

Vivir y sobrevivir en Honduras, definitivamente no es para cualquier ser humano, las caravanas migrantes representan la más legitima de las voces de resistencia, de dignidad y de búsqueda de justicia para mejorar la calidad de vida de las personas. Son el recuerdo permanente que existe un territorio (112,492 km2) por recuperar que se llama Honduras, sus instituciones y la esperanza de construir un país multicultural, justo, digno, donde las personas puedan desarrollarse (humana y económicamente) en plenitud. Un país que enorgullezca a sus hijos e hijas, y con la suficiente fuerza para luchar contra todos los males que hemos tenido que soportar a través de tanto tiempo y de tantos malos gobiernos

Convocamos permanentemente a nuestro pueblo, el más hermoso, al que tiene una sola cara de dignidad, a organizar la caída de la narcodictadura y de las intervenciones extranjeras, para así edificar un país y un territorio, donde todo sea para todos y todas.

¡Hasta la dignidad, siempre!

Agua para la vida, no para el comercio.

El agua deja de ser un bien de consumo público y pasa a ser un bien privado cotizado en la bolsa de valores de Wall Street. Esta acción “repentina” ha sido señalada y denunciada por décadas por poblaciones campesinas, indígenas y afros a nivel mundial, pues a finales del siglo XX, múltiples acuerdos con el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entre otros muchos más, patrocinaron iniciativas de legislativas para la privatización del agua a través de nuevas Leyes marco del sector de Agua y Acueductos, como fue el caso de Cochabamba en Bolivia o Aguas de San Pedro en Honduras.

Mediante la ley marco, inicio el proceso de privatización del agua potable, esta, impuso al SANAA que tenía hasta el 2007 para trasladar la responsabilidad estatal a las municipalidades, este proceso también se le conoció como la municipalización de las aguas. Así de esta manera las municipalidades tienen según ley, la potestad de entregar los servicios de agua a empresas particulares y privadas del servicio de agua para que asuman la responsabilidad de infraestructura, distribución y facturación del vital líquido, anulando la responsabilidad del Estado para con la población en general y otorgándoselas a manos privadas.

En primer lugar, toda la infraestructura de acueductos que fue construida y constituida con fondos públicos en el período entre 1960 a 1999, fue traspasado bajo concesión y consorcio a empresas de inversión privada, que no invirtieron ni un décimo de dólar en la edificación del sistema de acueductos, casos como San Pedro Sula, Choloma, Puerto Cortes, El Progreso, La Lima entre otros municipios a nivel nacional, sufrieron está lógica de traspasar empresas y recursos públicos a manos privadas.

En segundo lugar, el proceso de privatización tuvo su aceleración justo después del golpe de Estado y aprobación proyectos de generación de energía con recursos renovables, entre ellos las hidroeléctricas, pues para el periodo post golpe de Estado de Honduras se preparó y desarrolló la Licitación pública internacional No. 100-1293-2009 “compra de potencia y su energía asociada generada con recursos renovable”, el 05 de octubre, el gerente general de la ENEE[1] nombro el comité y sub comités de evaluación, el 18 de diciembre de 2009 se aperturo el mercado de ofertas y el 25 de enero del 2010 se remitió un informe final indicado que los proyectos de generación son inviables por su impacto en el medio ambiente.

Y el tercer lugar, es la cotización de valores del agua como recurso y no como servicio, para hacer una analogía, el agua puede cotizarse como un bien material tal cual lo es una empresa como Facebook (comunicaciones), GMC (transporte), Chevron (combustible) o Newmont Goldcorp (minerales/oro).

Pero, ¿cuál es el precio del agua? ¿quién determina su precio y cómo? – existe una realidad absoluta en el mundo, el agua dulce es un recurso limitado y se está agotando, entonces, ¿cómo creamos un mundo donde no hay suficiente recurso vital para todas y todos? – Según el mercado global y la expansión imperialista; colocándole un precio y que este sea accesible para aquellos que puedan pagarlo, en ese sentido, ¿cómo será el nuevo mundo en el periodo post pandemia?

La crisis mundial del agua, es una crisis del modelo civilizatorio y con ello, del sistema capitalista global. Parece impensable, pero ha sucedido y seguirá sucediendo, el agua se privatizará y solo será para aquellos que puedan comprarle, de no ser que exista una defensa férrea como la que existe en Pajuiles, Arizona, Río Blanco, Reitoca, entre otros a nivel nacional y regional, en constituir el agua como un derecho humano y universal, por encima de las perversas intenciones del capitalismo global y las empresas transnacionales.

Hoy el tiempo y los hechos nos vuelven a dar la razón, el bien y recurso más importante y vital del planeta para que exista vida, no puede ser administrado y ser beneficio para unos cuantos, el impulso que nos debe motivar a luchar por el agua, es reconocer lo valiosa que es para el desarrollo de la vida. Es importante e imperante recuperar nuestra relación histórica con el agua, pues la industria global del siglo XXI responsabiliza a los seres humanos por individual, y no a ellos como grandes responsables de semejante catástrofe.

Cambiar el modelo y el sistema, es salvar la vida.

Hasta la dignidad siempre.

“ETA y Narcodictadura, el matrimonio del desastre”

El Huracán ETA fue identificado como depresión tropical desde el viernes 31 de octubre, las alertas se hicieron notar en el Caribe y en Centroamérica, a excepción de Honduras, pues el narcogobierno del partido nacional y del partido liberal, de las fuerzas armadas, del COHEP y de la banca comercial se encontraban en trabajos preparativos en la apertura económica del sector turismo para el feriado de la semana morazánica.

Esta premisa nos hace cuestionarnos ¿Qué tan poco le importamos a quienes usurpan el poder? ¿Acaso su avaricia, sus cuentas bancarias y empresas están por encima de las vidas de las y los hondureños? – luego de 4 días de intensas lluvias, múltiples estructuras dañadas o destruidas, personas en los techos de sus casas, desplazados, desaparecidos e incomunicados y cultivos perdidos, nos da la respuesta, pues se puede leer en los ojos de la gente, un grito permanente e histórico de auxilio traducido en un silencio sostenido, ¿Ahora que vamos a hacer?

Han transcurrido 22 años desde el paso del Huracán MITCH; tiempo en el cual la clase política y económica corrupta y criminal, han impedido el desarrollo integral, justo y digno para las grandes mayorías, campesinas/os, indígenas, obreras/os, estudiantes y mujeres. En 22 años, el “desarrollo” solo ha tenido dos grandes beneficiarios, las empresas y los bancos, aquellos que construyen proyectos residenciales para sus lujos en zonas de amortiguamiento, proyectos mineros e hidroeléctricos en zonas de reserva de agua para uso y consumo humano, proyectos turísticos en tierras garífunas, tala ilegal del bosque en tierras Tolupanas y las pretensiosas ZEDES.

Con tal destrucción sistemática y con mayor intensidad desde el golpe de Estado en 2009 y su Honduras Open for Bussisnes ¿Que esperaban que sucediera? – pues el modelo extractivo y el capitalismo irracional de la élite hondureña son la pandemia y el huracán permanente para nuestro país y su gente.

Durante años diversas organizaciones a nivel nacional, entre ellas el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia, MADJ, han denunciado permanentemente ante la comunidad nacional e internacional las consecuencias de dichos proyectos, sus concesiones, licencias y permisos ambientales ilegales y corruptos, instrumentalizando el sistema para encarcelar, desplazar o asesinar a quienes defienden su territorio de los invasores nacionales y del capital transnacional. Estas organizaciones hoy demuestran tener razón en sus posturas políticas y criterios anticapitalistas, las comunidades en resistencia tuvieron y tienen la razón; son proyectos de muerte y no de desarrollo. Existe una realidad, las montañas ya no retienen las aguas, pues en lugar de flora y fauna, hay proyectos mineros, hidroeléctricos, turísticos y residenciales, cuyos dueños pasean libremente por nuestro país con total impunidad.

El amanecer del 05 de noviembre nos traduce que no es ni Dios ni la naturaleza quien castiga, pues estos son los resultados de la imposición de un narcogobierno, dedicados rigurosamente a hacer funcionar un complejo sistema corruptos, traficante y de lavado de dinero, que crea desigualdad, empobrecimiento y violencia en nuestros territorios, comunidades y barrios.

El camino a la salida de la crisis puede ser diverso, pero debe tener el alcance de la justicia de los pueblos, el comportamiento del régimen dictatorial es criminal y lesa humanidad, todas las muertes y las pérdidas materiales son su responsabilidad, todas estas eran evitables si existieran gobiernos en favor de las grandes mayorías.

Ese debe ser nuestro compromiso, hacer justicia popular y buscar la dignidad de los pueblos en cada uno de los frentes y de acuerdo a la altura histórica y política que nos atañe. Podemos ver como nuestras familias pierden todo o podemos surgir como otra Honduras refundada, tal cual la han planteado por años Pajuiles, Guapinol, Reitoca, Utopia, Zacate Grande, Río Blanco, Jilamito, Vallecito, Locomapa, entre otras; las alternativas siempre nacen desde el pueblo, que de manera organizada hace lo que la narcodictadura es incapaz en su moralidad y su ética, pues en tiempos de crisis y sosobra, solo el pueblo salva a el pueblo.

Hasta la dignidad, siempre.

La independencia no se puede celebrar, si no es nuestra

“Si uno cree en la libertad. Si uno sabe que su pueblo está siendo oprimido. Si uno tiene totalmente el convencimiento de que estamos viviendo en un país colonizado, de que fuimos invadidos, de que nos mataron, de que están destruyendo a nuestro pueblo, que se aplica el genocidio de día a día, destruir al enemigo es salvar la Patria.” Filiberto Ojeda Ríos.

En la mañana del 15 de septiembre de 1821 se reunieron en el palacio de la Capitanía General de Guatemala, Gabino Gaínza, José Cecilio del Valle, Pedro Molina, Mariano de Aycinena, José Santiago Milla, Mariano de Beltranena, Miguel Larreynaga, Mariano Gálvez y José Matías Delgado. Todos hombres, blancos y criollos eran quienes discutían la posibilidad de proclamar la independencia de los pueblos centroamericanos.

El documento llegó a las comunidades más importantes en Honduras en el transcurso de septiembre y octubre de 1821. Gracias, fue la primera comunidad en recibirlas el 22 de septiembre. Para el viernes 28 de septiembre, los pliegos llegaron a las ciudades ahora conocidas como Comayagua y Tegucigalpa. En el transcurso del mes octubre, recibieron también los pliegos: Santa Rosa, Omoa, Trujillo, Juticalpa, Danlí y Santa Bárbara.

Honduras, un país pluricultural fundado por criollos, militares e intelectuales, cuyo  nombre se encuentra más al filo de su realidad, una hondura profunda, cuya historia popular, mal contada, radica en el rechazo y odio del territorio expresada por el invasor Cristobal Colón “gracias a Dios salimos de estas honduras”, un país cuyas heridas de la independencia, el fracaso de la unión centroamericana, la reforma liberal y la tan odiada república bananera aún pesa en nuestra sociedad, nuestra política y nuestra economía.

Un país donde el retorno a la democracia aún no es realidad y en donde hacer golpes de Estado o instalar un Narco Estado es determinado por una larga historia de corrupción, de intervenciones militares y económicas, del empobrecimiento, la violencia y la desigualdad. Luego de 199 años del grito de independencia de los países centroamericanos frente a la Corona Española, en Honduras y en la región aún nos cuestionamos la paradoja de ¿cuál independencia?

No puede existir independencia cuando el interés de sus gobernantes es distinto a la dignificación de su pueblo. Cuando las mujeres, campesinos, indígenas, afro hondureños, estudiantes, diversidades sexuales, obreras y obreros están aislados del poder y del acceso a la justicia. por medio de vallas militares y el crimen organizado.

La independencia no se puede celebrar, si no es nuestra y más si está en manos de banqueros, narcotraficantes, explotadores de recursos naturales, empresarios, militares y políticos que empobrecen y que les vemos marchar con total impunidad en compañía del imperialismo de Estados Unidos, la banca financiera internacional, la Unión Europea y ahora China.

En Honduras hacemos independencia y soberanía de múltiples formas, casi todas con amor y trabajo, cuando las y los estudiantes luchan por la educación pública, laica y de calidad, las y los obreros por la dignificación laboral, las mujeres por la decisión de sus cuerpos y el cese a los feminicidios, campesinos, indígenas y afro hondureños, por la repartición de la tierra, el reconocimiento ancestral y la inclusión de un modelo pluricultural, todas y todos aquellos hondureños en general, que día a día hacen del reto de llevar pan a la casa, una realidad.

Ante esta realidad en la historia inmediata, las y los hondureños durante 11 años nos hemos sostenido en las calles, luchando por una verdadera independencia, la democracia, la autonomía de los pueblos, la adquisición y defensa de derechos, por la educación y la salud gratuita y de calidad, el rechazo a proyectos mineros, energéticos y turísticos de la élite, fraudes electorales, criminalización y asesinatos. En pocas palabras; nosotras y nosotros mediante el trabajo, la resistencia, el amor, la dignidad y la justicia hacemos independencia de forma permanente, sin tutela y por la libertad de los pueblos.

En este 199 aniversario de supuesta independencia llamamos a nuestro pueblo a continuar en lucha organizada, resistiendo al modelo extractivo, neoliberal y criminal que estructuralmente pretende despojarnos de nuestra patria-matria.

¡Hasta la dignidad siempre!

¿Dónde está el dinero?

Con la llegada del covid19 a Honduras en el mes de marzo terminó de abrir la oportunidad de cometer actos de corrupción, de hacer negocios de manera irregular afectando la salud de la población que día a día lucha y muere en carpas que han comprado los funcionarios públicos a precios exorbitantes.

En Honduras para el combate al covid19 se han destinado hasta hoy, más de cinco mil millones de dólares, entre lo aprobado por el Congreso Nacional y las donaciones recibidas de países, organizaciones y grupos a nivel nacional e internacional por lo que toda la población se pregunta ¿Dónde está el dinero?

¿Dónde está el dinero? –  Si los hospitales móviles que tendrían todo el equipo necesario para brindar atención adecuada y digna aún no llegan al país, lo que afirma que el presupuesto asignado para el manejo de la crisis es un increíble negocio de corrupción e impunidad entre las y los usurpadores del poder.

¿Dónde está el dinero? Se pregunta la población que enfrenta la pandemia entre la incertidumbre, la inoperancia de los administradores de un colapsado del sistema de salud producto de todos los actos de corrupción a lo largo de la historia.

¿Dónde está el dinero? Si en cadena nacional los funcionarios públicos que manejan la pandemia sin tener ni siquiera idea de donde están parados, nos dicen que los hospitales están abastecidos, que hay medicamentos e insumos para poder combatir la pandemia, pero  la realidad es, que más personas están muriendo, más personal de salud se contagia de forma acelerada por la enfermedad por no portar el equipo de bioseguridad y la clase trabajadoras, campesinas e indígena sufren la carencia de insumos como camas hospitalarias, medicamentos e infraestructura para combatir de forma más efectiva la propagación del COVID-19.

¿Dónde está el dinero? Si la cifra de contagios sigue en ascenso, si los hospitales ya no se dan abasto y las camillas para atender personas ya no ajustan, y ahora la advertencia es que se decidirá a quien se atiende y a quien no porque los recursos no dan para más.

¿Dónde está el dinero es la pregunta generadora de la discusión que nos lleva a preguntarnos, ¿Dónde está el Ministerio Público para investigar y castigar a los empresarios y funcionarios corruptos que se han coludido para saquear las arcas del Estado y condenar a las y los trabajadores al contagio con la falacia de la reapertura inteligente?

Sigue en aumento la impotencia y preguntas sin respuesta que por años hemos aguardado a que las instituciones del Estado nos respondan y que cumplan su papel de ser servidoras y protectoras de los intereses de las mayorías.

Si el Gobierno dictatorial del Partido Nacional y del Partido Liberal no resuelven en la crisis, ¿Porqué seguimos esperando que algún día cambien?

Pueblo, es momento de exigir respuestas, de organizarse, de convertir en propuesta movilizadora toda esa rabia que guardamos ante tanta corrupción.

A 11 años de golpes, estamos en pie de lucha

Hoy se conmemoran 11 años del golpe de Estado perpetrado por los grupos oscuros de la nación aliados contra la población y el respeto a la voluntad popular, la intensión de hacer una consulta fue el detonante para justificar asesinatos, corrupción y expatriación de personas del territorio nacional.

Las cúpulas criminales representadas en la clase política, empresarial y religiosa se confabularon para causar una herida que aún no sana y que sigue sangrando a pesar del paso de los años.

A 11 años, son los mismos actores que llaman a la unidad de la familia hondureña, a la reconciliación nacional, pero son los mismos actores que han continuado con la corrupción, con el saqueo y con los asesinatos hacia la población que reclama una mejor nación.

El golpe de Estado de 2009 reveló la configuración del crimen organizado como estructura intrínseca de organizaciones políticas y empresariales a quienes la iglesia y las instituciones de justicia “bendicen” para actuar con total libertad, garantizándoles total protección e impunidad.

A 11 años, esa impunidad sigue siendo el principal abono para que esos mismos personajes continúen favoreciéndose con fraudes electorales, con la privatización de las empresas que en un tiempo fueron públicas, con la entrega del territorio que siempre nos ha pertenecido a los y las hondureñas, con la entrega de nuestros bienes comunes y naturales que permite el genocidio de nuestros hermanos y hermanas de los diferentes pueblos originarios.

A 11 años del golpe de Estado seguimos siendo golpeados y golpeadas, pero con los ánimos y la motivación renovada para seguir luchando por recuperar la nación, por devolver la justicia y la Dignidad a un pueblo que ha sido altamente castigado por la impunidad que el mismo sistema corrupto e inservible les da a quienes han afectado a las grandes mayorías.

A 11 años, como organización hemos confirmado que la verdadera soberanía se construye desde las comunidades, desde los territorios a donde hombres y mujeres han decidido apostar la vida por la defensa de sus montañas, de sus ríos, de su nación, nación que ha sido entregada por políticos corruptos, avaros y traidores a la patria.  

A 11 años, queremos reconocer el trabajo de hombres y mujeres que fueron asesinados por luchar en defensa de la soberanía nacional, el respeto a la voluntad popular y que con su sangre derramada por balas disparadas por cobardes han regado la Dignidad que cada día florece en más de un hondureño u hondureña que sueña con heredar una mejor nación a las futuras generaciones.

A 11 años del golpe de Estado reafirmamos que a pesar de todos los golpes recibidos estamos de pie para seguir luchando y apostándole a que estamos en el lado correcto de la historia, ahí donde solo las y los valientes pueden estar, donde los que se esconden tras un saco, una corbata o vehículos blindados y escoltados no pueden estar simple y sencillamente porque no tienen dignidad.

A 11 años del golpe de Estado, estamos en pie de lucha.

¿Retorno a la normalidad o el inicio de la refundación?

¿RETORNO A LA NORMALIDAD O EL INICIO DE LA REFUNDACIÓN?

Las fuerzas hegemónicas de la sociedad y gobierno en todos sus niveles coinciden en el esfuerzo y añoran un retorno inmediato a la normalidad. Se adaptan, mutan y afianzan para conservar su hegemonía a pesar que el CORONAVIRUS nos recordó que refundar la sociedad y la vida no es una apuesta de gente ilusa o poco ilustrada en política.

La domesticación de la humanidad está  normalizada en extremo, lo refleja la poca reflexión seria, colectiva y sostenida para hacer de la crisis actual un momento de ruptura real y contundente con las estructuras que han ejercido tan perversamente el poder y han llenado de orfandad el país y el mundo.

Desde siempre, frente a cada crisis o emergencia, el régimen hondureño a través de sus máximas dirigencias incluyendo al grupo económico y religioso que le respalda, como toda mafia, con la fuerza militar y policial exhibe su poderío y desde las corporaciones mediáticas infunde terror y presenta como virtuosos sus crímenes y su negligencia. Al régimen lo acompaña su estructura de segundo nivel que opera en los distintos departamentos y municipios, exhibiendo privilegios y poder, repartiendo la bolsa de la miseria a la gente que ellos han empobrecido.

Finalmente, JOH conserva su hegemonía a través de los miles de empleados públicos de los tres poderes del Estado quienes acríticos-cómodos o fieles, atienden y ayudan a diluir el reclamo, la indignación y la muerte lenta de miles de personas por múltiples razones y en este contexto también por CORONAVIRUS.

El sector partidario no cachureco, tras la crisis del covid19 entró en desigual competencia en la entrega de las “bolsas de la miseria”, en inocultable afán proselitista; porque todo el sector partidario entiende que para hacer política y captar respaldo popular en esta sociedad de la  no tan “moderna servidumbre”, es inevitable el tráfico con la dignidad de la gente.  El sector partidario, incluso el más comprometido con el “cambio”, también le apuesta a conservar su hegemonía desde la llanura, esperando captar respaldo popular y en su momento, si llegan a asumir el control del gobierno intentar cambios, pero sin certezas de plantearse el cambio radical que el país necesita iniciar.

Los sectores sociales, más allá de las ya conocidas e innombrables organizaciones corruptas y de reconocida afinidad con el régimen de turno,  tienen un conglomerado interesante de organizaciones de distinto perfil, con liderazgos y planteamientos esperanzadores y dignos. Sin embargo, este último sector, hace varias décadas acumula recurrentes, cómodas y notoriamente ineficaces prácticas de organización y lucha social.

En este contexto, no es ofensiva la hipótesis que considera que el movimiento social, también está sometido a la hegemonía de una corriente de organizaciones con extraordinarios planteamientos, pero sin la fuerza y sin la determinación de correr mayores riesgos para pensar en serio la refundación de la sociedad y el Estado hondureño.  Los sectores sociales hegemónicos, aunque nunca dejan de convocar, también mutan para conservar el mismo estado y forma de luchar y con ello contribuyen a una normalidad que solo favorecen a las más perversas e históricas élites de poder del país.

Este enfoque crítico hacía todos los actores políticos y sociales sobre la trágica situación humana en que viven  millones de hondureñas/os, no pretende quitar ni equiparar la infinita y superior responsabilidad que tiene la actual narcodictadura y sus antecesores. Pretende ser un llamado a los actores que somos conscientes de esta realidad pero nos resistimos a la idea del cambio radical que el país y el mundo necesita, simplemente porque también estamos conservando miserables privilegios personales y de nuestras organizaciones.

En el MADJ, desde siempre y ahora en tiempos de terror impuesto por el régimen y el covid19, nos sentimos directa e inocultablemente confrontadas. A 32 años de la histórica quema de la embajada gringa en Tegucigalpa y a 12 años del inicio de la huelga de hambre contra la corrupción y por la dignidad en los bajos del Congreso Nacional, evento que dio vida a nuestra organización; renovamos nuestra más honda reflexión en la más genuina perspectiva de contribuir al inicio de un proceso que nos refunde a nosotras,  a las personas, la sociedad y el Estado hondureño.

Renovamos nuestro fraterno y franco llamado a la articulación y a la unidad no para la sobrevivencia, ni para la contemplación o falsos halagos, entendiendo que el escenario actual y el que nos herede este nos obliga a replantearnos con alta creatividad nuestro repertorio de acciones para la dignificación. Convocamos siempre al encuentro para la más honesta y radical reflexión que nos permita pasar a la propuesta real, organizada y concertada entre todos los actores comprometidos con el proceso de transformación y construcción de un mundo más justo para todas.

7 de abril de 2020

¡Desde la dignidad Siempre!

¿Quién salva al pueblo del COVID-19?

En tiempos de crisis cada sector muestra su verdadero espíritu e interés. Queda claro que el COVID 19  está siendo el escenario perfecto para una nueva fase de saqueos por parte de la narcodictadura, la cual en menos de 20 días se ha garantizado casi 500 millones de dólares bajo la excusa de atender la emergencia, los cuales no podrán ser auditados.

No quedan dudas, el virus es una amenaza real que está impactando en niveles severos a países del mundo con sistemas de salud fortalecidos y capacidades estatales reales. Sin embargo,  en Honduras, la fórmula corrupción – militarización sigue siendo la única respuesta del narco gobierno, evidenciada en las distintas medidas adoptadas e implementadas a partir del 11 de marzo hasta este momento.

La narrativa de prevención con la cual han trasladado a la población medidas como la aprobación de la Ley de Aceleración Económica y Protección Social, la suspensión de labores tanto en el sector público como en el privado, el cierre de fronteras, terminales aéreas y marítimas para tránsito de personas, el toque de queda absoluto, entre otras, se ha desvanecido por completo con hechos como la compra inadecuada de ventiladores mecánicos, las masacres en la colonia San Francisco en Tegucigalpa, los tres femicidios en Choloma, Cortés y el hallazgo de la narcoavioneta “ambulancia” colombiana que transportaba cocaína la cual fue robada antes de la llegada de las autoridades al lugar, y el reiterado desprecio de las grandes empresas por sus trabajadores al suspender contratos y condenarles al hambre, entre otras.

Todo esto sumado a la adopción de las campañas internacionales de quedarse en casa como medida principal para prevenir el contagio y el llamado a aplaudir al personal médico para agradecer su labor, son una muestra clara del clasismo y la grave incapacidad que la narcodictadura tiene para responder a la crisis en un país donde más del 60% de los más de ocho millones de habitantes vive en condiciones de pobreza según las cifras del Banco Mundial y donde el sistema de salud pública enfrenta el segundo desfalco y saqueo millonario en la historia del país.

Las medidas autoritarias adoptadas son una bomba de tiempo que estallará a la brevedad con la llegada del desabastecimiento de alimentos y la profundización de la pobreza que ya vivimos.  Ese es el escenario posterior en el que la narcodictadura empleará los fondos saqueados mediante el clientelismo político y el populismo como herramientas de su campaña electoral.

La población hondureña tiene claro qué puede esperar y no esperar del gobierno en general y particularmente en este contexto, pues ha sido evidente a lo largo de sus mandatos que su compromiso real es con el narcotráfico, las empresas y asociaciones privadas y el capital transnacional extractivo. Por eso lo más urgente y necesario es preguntarnos cómo respondemos a esto desde la solidaridad, la ternura y el cuidado colectivo.

Es urgente preguntarnos y respondernos, ¿qué papel nos toca y debemos asumir las organizaciones de derechos humanos y los movimientos sociales y populares para dejar de ser simples observadores? ¿Es posible que la oposición política y social promueva e instale colectivos populares integrados por médicas y profesionales de la salud para enfrentar al coronavirus y a la peste mayor que es el régimen de la narcodictadura?,

 ¿Podemos conformarnos como colectivos o redes solidarias en cada una de nuestros barrios y colonias para amortiguar el golpe del desabastecimiento de alimentos? ¿Aportar lo que podamos para que  sintamos menos la orfandad y asumir la condición de sujetos colectivos del proceso?

Es horroroso ver al régimen, a otros actores políticos y económicos traficando con la dignidad de nuestro pueblo, haciendo proselitismo con la inseguridad y el miedo de nuestra gente, por eso desde el MADJ nos asumimos con la responsabilidad de pensar y proponer y no conformarnos con el encierro individualista.

Hacemos un llamado a la oposición parlamentaria y funcionarias/os al margen de la dictadura, a que sus cargos irrumpan camino en la implementación de propuestas para enfrentar la crisis de esta emergencia. No podemos ser espectadores. Deben usar sus cargos públicos en su mayor o menor medida, para dar las respuestas que la dictadura se niega a brindar. Son quienes en este momento histórico deben asumir el debate sobre la ruta diaria de la crisis, visualizando los alcances y medidas económicas a futuro.

Llamamos a romper el distanciamiento social, a hablar, actuar y responder a ello en conjunto con cuidado colectivo, con la solidaridad y la ternura que son la verdadera y real esperanza de nuestra sociedad ahora y en todo momento.

Fotografía: Delmer Membreño

 24 de marzo, 2020

¡Desde la dignidad siempre!

Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia

Editorial: MACCIH, una pieza menos en el ajedrez de la narcodictadura

El tiro de gracia dado a la MACCIH el pasado viernes 17 de enero confirmó el mensaje instaurado por sus ideólogos desde su fundación; “que los pueblos no mandan y que siempre se imponen los gobiernos, en el caso hondureño un gobierno notoriamente corrupto y vinculado al narcotráfico y al crimen organizado”[1].

LA MACCIH generó desconfianzas con su llegada ya que suplantó la demanda popular de una instancia similar a la CICIG en Guatemala y a que su dependencia de la cuestionada OEA, tolerante y cómplice de golpes de Estado, fraudes electorales y violaciones masivas de derechos humanos en Honduras, era un indicador claro de los alcances reales que esa concesión podía tener.

Sin embargo, la aparición y puesta en marcha de la UFECIC y las instancias del circuito anti corrupción constituyeron una pequeña esperanza para la población hondureña en que la lucha contra la desbordada corrupción e impunidad podría avanzar. Y así sucedió. La gestión de la UFECIC a cargo del fiscal ex huelguista Luis Javier Santos demostró que es posible señalar nombres y apellidos, que es posible retratar cómo funcionan las redes y estructuras criminales que operan desde el Estado mismo y sus instituciones y sobre todo que, estas redes existen con la complacencia y participación directa del ejecutivo.

Así, prontamente la inofensiva Misión aceptada por las cúpulas empezó a convertirse en una amenaza real para su acostumbrada y garantizada impunidad por lo que iniciaron los ataques. La no renovación de su mandato en el país es la culminación de una serie de ataques estratégicos y consecutivos cuya finalidad mucho más allá de conseguir la salida de la misión, es asegurar la destrucción total de los avances y pasos dados en la lucha contra la corrupción.

Previo a ello, no fue casual el traspaso de funciones del Ministerio Público al Tribunal Superior de Cuentas, el invento de una autoevaluación, La Ley de Inmunidad, la Ley de Fondo Departamental, el informe del Congreso y el informe de la PGR. Posteriormente, el invento de una Comisión de Negociación y el fracaso de esa negociación, que culminó con el cierre de la MACCIH. Se trató de un plan que de la mano con acabar con la misión y su salida, aseguró minuciosamente las condiciones para que en Honduras la corrupción continúe como dinámica de los grupos de poder y esta vez con libertades más absolutas.

Este comportamiento no es exclusivo del escenario hondureño, es similar a lo ocurrido en Guatemala, se trata de las derechas conservadoras y fundamentalistas defendiendo de manera contundente su control hegemónico de los Estados en la región latinoamericana. Una derecha que es justamente eso, corrupta, criminal, vinculada al crimen organizado y al narcotráfico y que funciona desde el Estado mismo y sus instituciones como parte de sus estructuras criminales o como bien lo señaló la CICIG en 2015, como redes político-económicas ilícitas (RPEI).

Una derecha que ha confeccionado un discurso bajo la idea de defensa de la soberanía y no injerencia, pero que es servil y sumisa frente a la descarada y determinante injerencia del imperio en toda la región. Una derecha hipócrita y descarada a niveles cada vez más sorprendentes. Es justamente de ese patrón que pueden advertirse ataques futuros y no tan futuros que empleará la narcodictadura para consumar sus objetivos hasta asegurar la revisión y abolición de las actuaciones de la Misión y sus instancias, tal y como sucede con lo actuado por la CICIG en Guatemala.

En el MADJ hemos sido claras desde el inicio con nuestra posición frente a la Misión, la hemos visto siempre como un medio, y no como un fin en la lucha contra la corrupción, tenemos claro que no es el remedio al mal mayor que representa la impunidad y la corrupción institucionalizada en Honduras, pero entendemos claramente también que el mensaje detrás de este ajedrez que ahora  está en juego es el blindaje absoluto del gobierno narco de JOH, las cúpulas políticas, empresariales, religiosas, etc., y las negociaciones con actores como la OEA. En concreto, un pacto entre estructuras criminales nacionales y transnacionales.

Reconocemos el trabajo realizado mediante la gestión de Luis Javier Santos, que marca un parámetro de avance en la lucha contra la corrupción contraria al normalizado comportamiento complaciente y cómplice de los funcionarios públicos en el país. Sabemos que aún continúa siendo una deuda histórica llegar a los criminales mayores, a los autores intelectuales de las múltiples crisis de Honduras, las/los verdaderos impulsores de la corrupción en el país, empezando por el propio Juan Orlando Hernández, las instituciones partidarias, el crimen organizados y la banca como parte de sus más cercanos colaboradores, deben caer.

Por ello desde el MADJ, retomamos nuestra palabra fundadora convocando a nuestro pueblo; el más hermoso, el honesto, el que tiene una sola cara de dignidad, el que se ha levantado a la voz de la justicia y en contra de la corrupción, lo convocamos a proseguir en lucha organizada […] desde las trincheras de la calle, la organización popular y comunitaria, desde las iglesias fieles al evangelio de Jesucristo, desde las instituciones públicas y privadas donde trabajamos, desde las aulas y desde el campo.

Proclamamos nuestro repudio a la clase política  para siempre y hoy más que nunca solo el pueblo salva al pueblo.

20 de enero, 2020

!Hasta la dignidad siempre!


[1] “Carta abierta del MADJ a la MACCIH”, 23 de febrero de 2016. Puede ser consultada en https://movimientos.org/es/content/honduras-carta-abierta-la-maccih%E2%80%8F%E2%80%8F

Editorial: Año nuevo desde el MADJ

Año nuevo desde el MADJ: A los pueblos y comunidades en lucha

Estamos  a las puertas de un nuevo año y desde el movimiento Amplio saludamos de manera muy especial a los pueblos y comunidades que luchan permanentemente y de forma inclaudicable por instaurar la dignidad y la justicia como normas básicas e insustituibles en nuestra sociedad.

En el 2020 arribamos a nuestros 12 años de existencia construyendo poder y autoridad ciudadana ahí donde los pueblos se organizan para gestionar su libertad, justicia y autonomía como ejercicios plenamente soberanos en sus territorios a nivel de caseríos, aldeas, municipios y departamentos.

El mayor aprendizaje que nos queda de la década que nos precede consiste en saber que organizadas como Movimiento Amplio ejercemos nuestra condición de mujeres y hombres con dignidad en la Honduras que amamos y llevamos en nuestros corazones y nuestras manos. Nos satisface lo que vamos haciendo y logrando, y estamos en la disponibilidad de continuar desafiando en unidad y organización los retos que tenemos por delante.

Aquí cabemos todas y todos. De ahí nuestro llamado permanente a toda persona y comunidad que quiera unirse a nuestro gran movimiento político social, con el deseo expreso de hacer prevalecer nuestra condición soberana en un país que por ser rico en bienes naturales y culturales ha sido condenado a la pobreza y la miseria por aquellos pocos que se han apropiado de lo que nos pertenece.

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Cabildo Abierto en Arizona Atlántida, marzo 2019.

La agenda de trabajo del Movimiento Amplio en el 2020 para el rescate de la dignidad y la construcción del desarrollo con justicia social y coherencia ambiental de nuestros pueblos contempla las siguientes determinaciones:

  • No más impunidad de funcionarios apátridas y traidores que desde cualquiera de los poderes de Estado nos despojan, criminalizan y asesinan por defender el presente y futuro de nuestras comunidades.
  • Palabras certeras y acciones enérgicas contra la clase empresarial corrupta que ha convertido las Fuerzas Armadas y Policía Nacional en sus propios escuadrones amaestrados para resguardar a sangre y fuego lo que roban a los pueblos.
  • Murallas humanas de solidaridad contra el colonizador opresor -nacional y transnacional- que pretenda despojarnos de nuestros bienes naturales y culturales.
  • Solidaridad con nuestras hermanas y hermanos que han sido golpeados, criminalizados y asesinados por defender la casa común de las hondureñas y hondureños.
  • Compromiso y acción para luchar en contra del capitalismo al mismo tiempo que del patriarcado, a fin de desmontar en todos los espacios colectivos e individuales las opresiones en contra de las mujeres que luchan con alta entrega desde el MADJ y las mujeres de todo el país.
  • Pasar de la tradicional resistencia a ejercicio de soberanía concreta que dignifiquen la vida de quienes integran el MADJ y las comunidades que asumen la lucha desde nuestro espacio.
  • Nos comprometemos a seguir nuestro proceso de manera autocrítica, abandonando las perezas, adormecimientos, justificaciones y todo  cuanto implique derrotismos, espíritu acomodaticio, alineación con tendencias inaplicables a nuestro contexto, victimizaciones y cualquier comportamiento que conduzca a la negligencia, frustraciones y pérdida de la perspectiva popular de nuestro proceso de lucha.

 Vamos pues, con alegría y entusiasmo, con diálogo inclusivo y firmeza total en nuestras determinaciones, a caminar juntas el 2020 para hacer realidad nuestros mayores propósitos políticos y sociales. Todas y todos somos importantes en esta gran lucha en resistencia social y comunitaria -digna y justa- que debe librarse desde ya, enlazando cada una de nuestras comunidades, municipios, departamentos y regiones hasta convertirse en una Gran Lucha de los Pueblos contra el poder opresor, corrupto y sanguinario y en lo inmediato en contra de la narco dictadura que pretende acabar con nuestra patria.

Pajuiles, Atlántida. 30 de diciembre de 2019

Conducción Política Nacional

MOVIMIENTO AMPLIO POR LA DIGNIDAD Y LA JUSTICIA