Proclama de Asamblea General 2025 Movimiento Amplio por la Dignidad y la justicia

Una profunda renovación interna y un nuevo tiempo para la dignidad de Honduras

¡Es tiempo de la dignidad!
¡Es tiempo de esperanza organizada!

Reunidos en Asamblea General, el máximo órgano deliberativo y político de nuestra organización, el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ), proclama al pueblo hondureño y al mundo que seguimos siendo una fuerza popular con raíces profundas en lo local y nacional, con robustos vínculos internacionales y resistencias dignas del mundo. Nuestra lucha es incansable por lo público, lo comunitario, lo nacional y lo planetario; por la justicia, la verdad y el respeto innegociable a los derechos humanos y la vida en todas sus formas; contra la corrupción, la impunidad, el abuso y la violencia normalizada.  Seguimos enarbolando, con firmeza, la esperanza de un mundo digno y justo para todos y todas.

Nos reivindicamos como una organización de pueblos y comunidades en descolonización, antiimperialista, antimilitarista, antiguerra y constructora de paz con dignidad. Denunciamos y combatimos el genocidio, el fascismo, el sionismo, el capitalismo y todas las formas de violencia que desangran al mundo.

Hace 17 años, al calor del pueblo y la indignación ética, surgimos con fuerza desde los bajos del Congreso Nacional, inspirados por el ejemplo valiente de los fiscales en huelga de hambre que denunciaron la corrupción. Desde entonces, no hemos soltado la bandera de la dignidad. Hemos resistido y construido, sin descanso, desde territorios, comunidades, luchas, poder, autonomía y propuestas.

Fuimos protagonistas en la resistencia contra el golpe de Estado de 2009. Nos enfrentamos al extractivismo que concesionó y asesinó nuestro territorio. Fuimos voz y cuerpo frente al saqueo del Seguro Social. Denunciamos los pactos de impunidad promovidos por los partidos políticos, los poderes económicos y el crimen organizado, de ayer y de ahora.

Resistimos los fraudes electorales en defensa de la voluntad del pueblo. En tiempos de pandemia permanecimos en pie, al lado de la gente, sosteniendo la dignidad y la vida. El triunfo electoral del 2021 le adeuda a nuestra militancia fuerza vital, clara y presente.

Desde la independencia de pensamiento, la autonomía de acción y la coherencia entre discurso y práctica, hemos promovido la articulación del campo popular hondureño, protagónico y autónomo, mientras hemos sostenido el internacionalismo. Desde esta trinchera histórica popular, propusimos un nuevo y poderoso proceso  de debate de un instrumento político representativo del campo popular y social Honduras, que garantice los derechos del pueblo y, especialmente, de los sectores históricamente excluidos.

Frente al actual panorama político, marcado por la polarización, la ingobernabilidad y el secuestro de la democracia por parte de las élites, reafirmamos que los partidos tradicionales, los medios corporativos, el sistema de justicia cómplice y un Congreso convertido en circo político son parte de un fraude institucional permanente. Han degradado la democracia a una parodia funcional a sus intereses de poder y saqueo.

Frente a la miseria ética y política de las dirigencias partidarias y económicas de este país, desde el MADJ, proclamamos una profunda renovación en nuestra organización y un nuevo tiempo para la dignidad de Honduras.

Después de 17 años, seguimos de pie. Existimos y resistimos ante el imperio del mercado, la mezquindad del poder y las lógicas crueles del capital, sin soltar jamás la bandera de la dignidad. Por el contrario, nos aferramos a ella como la utopía más hermosa del pueblo hondureño y como brújula en tiempos sombríos.

Hoy somos una organización madura, articulada territorialmente en el país, con experiencia acumulada y apertura al cambio. Nos atrevemos a ir por más por Honduras. Iniciamos una nueva etapa de disputa del poder desde nuestra mística organizada, hacia la consolidación de un Proyecto Sociopolítico nacional, rural y urbano, tejido junto a organizaciones, liderazgos, pueblos y comunidades, dentro y fuera de nuestras fronteras.

Estamos en una avanzada de la resistencia hacia la soberanía con dignidad. Nuestra lucha no solo resiste: también propone. Propuestas para un nuevo orden jurídico, económico, político y cultural, que dignifique la vida y garantice justicia. Seremos fuerza viva para frenar la ofensiva del capital nacional y transnacional, la normalización de la violencia, la inseguridad, el desempleo, la migración forzada, la corrupción y la privatización de la vida.


NOS DECLARAMOS EN AVANZADA DESDE LA SIGUIENTE PRIORIDADES

  1. Una profunda renovación

Declaramos un Nuevo momento en nuestra organización que viene de la profundización de nuestra raíz histórica, nuestra identidad, que atraviesa todos nuestros procesos y alimenta la vocación de lucha y fuerza transformadora de nuestra militancia. Esta nueva etapa está acompañada por la una nueva coordinación general, conducción política nacional y secretaria ejecutiva, como muestra del vigor, el crecimiento, el relevo y claridad de la organización frente a los próximos tres años.

  •  Declaramos un tiempo de fortalecimiento y expansión de los núcleos de base comunitarios del MADJ. Estos núcleos son células vivas del movimiento, faros de esperanza, espacios de resistencia y disputa real contra toda forma de saqueo y opresión, son expresión de poder popular y dignidad.
  •  Reconocemos y fortalecemos la espiritualidad ecuménica, liberadora del pueblo, como fuerza transformadora de la realidad. El MADJ y su mística se alimenta de la creatividad que brota de la esperanza y de la certeza de que otros mundos son posibles.
  • Reafirmamos que reforzaremos el carácter amplio, diverso y plural de nuestra organización, compuesta por indígenas, campesinos, hombres, mujeres, juventudes que, desde lo rural y urbano, compartimos un mismo horizonte de emancipación: la dignidad como principio.
  • En esta nueva etapa, acudimos al relanzamiento de nuestros espacios de lucha —radios comunitarias, sedes, parcelas, campamentos— como plataformas para contagiar la novedad del tiempo que vivimos, profundizar la acción colectiva y avanzar en el rescate del país.
  • Reafirmación que los núcleos de base comunitarios impregnan novedad y método de lucha al Movimiento Amplio. Son espacios políticos, públicos y pedagógicos para la construcción de la utopía, el debate, la formación y la acción transformadora en los niveles local, regional y nacional que ocupan un lugar privilegiado en nuestra acción en este nuevo tiempo.
  • Nos desafiamos a innovar en nuestras estrategias de lucha, organización y formación, adoptando mecanismos que nos permitan disputar también  el territorio de la virtualidad y lo digital  como espacio para nuestras voces, nuestras narrativas y nuestras luchas.
  • Reafirmamos nuestra expresión articulada como una sola fuerza organizada por la dignidad del pueblo hondureño, integrada por tres pilares complementarios: el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia, el Bufete Estudios para la Dignidad y la Fundación para la Salvaguarda del Medio Ambiente (Fundambiente). Tres expresiones distintas, una sola convicción: la defensa inclaudicable de los derechos humanos, los territorios y la vida, desde la dignidad como principio ético y político compartido
  • Desde todas nuestras estructuras avivamos el fuego sagrado de la indignación para que nunca se apague, como un nuevo y urgente llamado al pueblo hondureño a levantarse con dignidad frente a los viejos y nuevos opresores que pisotean nuestros derechos, ofenden nuestra humanidad y la vida.

Esta etapa que anunciamos hoy es decisiva: Cada núcleo, cada militante, cada espacio del MADJ está llamado a encender con más fuerza el fuego de la esperanza activa, porque la historia nos convoca a ser protagonistas de una transformación real y profunda, porque la dignidad no se negocia ni se aplaza, se habita y se contagia.

  1. Frente a la crisis generalizada que vive el país, nos reafirmamos como una organización  INDEPENDIENTE, que piensa, actúa y propone sin ningún cálculo político – partidista, con total autonomía económica del gobierno o empresas y con un profundo compromiso por el bienestar de  las mayorías excluidas y sus derechos

A pocos meses del fin del gobierno de la presidenta, Xiomara Castro, podemos afirmar con total autonomía que esta administración no procuró los cambios de fondo ofrecidos y esperados por la población. Concretamente indicamos que la tan esperada refundación del país, ni siquiera inició.

Las promesas de ser un gobierno abierto a la participación ciudadana, respetuoso de los derechos humanos y altamente transparente, simplemente formaron parte de los ofrecimientos que se hacen en una campaña política y que hoy son propuestas incumplidas. En todos estos temas la administración Castro más que tomar decisiones concretas para democratizar el país y revertir esta realidad, buscó alianzas o pactos con diferentes sectores para negociar cuotas de poder.

La justicia, el fortalecimiento de la institucionalidad o la sujeción de las Fuerzas Armadas / Policía al poder civil tampoco avanzaron. La corrupción, el crimen organizado, especialmente el narcotráfico, siguen estando presentes en cada dependencia y en todos los temas. El poderío militar sigue exactamente igual que en la época de la narcodictadura.

Bajo estas premisas, el MADJ, en el marco de nuestra evolución política, hemos continuado con el proceso iniciado hace 17 años, promovido y fortalecido dinámicas de organización comunitaria rural y urbana, y articulaciones a nivel nacional e internacional con el objetivo de combatir la corrupción y las prácticas generadoras de desigualdad en nuestros territorios. Estas acciones buscan reivindicar los derechos de la población, con especial énfasis en la dignidad humana.

En este proceso, el año pasado concluimos que no es suficiente, solamente denunciar las prácticas de un modelo corrupto y secuestrado por estructuras políticas criminales que deciden sobre los destinos del país y ahora, pretenden también decidir sobre nuestra vida y quehacer como organización, al bloquear el derecho a participar en las elecciones generales de 2025 a través de las candidaturas independientes a diferentes niveles que nacieron desde el seno de nuestra organización y de la vinculación con un sector popular y social. 

Los partidos políticos han secuestrado la institucionalidad del Estado para sus fines particulares mezquinos, el tripartidismo representado en el CNE se ha aliado para oponerse a nuestro proyecto político, porque lo entiende distinto, porque conoce que no somos corruptibles, que no negociamos y que como hemos manifestado desde nuestro nacimiento, ¡Tenemos una sola cara de dignidad!

Temen de la organización comunitaria, de nuestra avanzada en los territorios que ha sido exitosa desde el campo popular para denunciar los abusos, la corrupción y la ilegalidad en perjuicio de los territorios. Que hemos enfrentado a las elites y detenido sus proyectos que destruyen la naturaleza, la vida y la dignidad de las personas.

Este bloqueo de las candidaturas independientes es un ataque no únicamente contra nuestras organizaciones, sino que también contra la ciudadanía en general que anhela una alternativa a la ya nefasta y desgastada política partidaria tradicional. Esta decisión representa un ataque a la democracia y el derecho a la participación política de las miles de personas que respaldaron y apoyan estas candidaturas.

Rechazamos el ataque a estas candidaturas independientes por parte de un tripartidismo corrupto que, temeroso de nuestro compromiso con la justicia y la dignidad, ha decidido bloquear la voz de nuestras comunidades. No permitiremos que la arbitrariedad de los de siempre deslegitime el esfuerzo colectivo de miles de compañeros y compañeras que, con plena conciencia y esperanza, suscribieron nuestras candidaturas independientes.

Hoy más que nunca, reafirmamos que nuestro proyecto no se detiene ante maniobras fraudulentas. Somos la voz de quienes han sido excluidos: campesinos, indígenas, trabajadores y trabajadoras del pueblo. Y juntos, con una sola cara de dignidad, continuaremos avanzando hasta romper el cerco del poder oligárquico y abrir el camino hacia una Honduras democrática, justa y verdaderamente soberana.

  1. Ampliación y fortalecimiento de la Articulación Nacional e internacional

Nuestra  Asamblea General, máxima expresión de nuestra voluntad política colectiva, declaramos con fuerza y claridad que este nuevo tiempo en el MADJ nos exige una articulación nacional vigorosa, insurgente, profundamente comprometida con las luchas históricas del pueblo hondureño y los pueblos del mundo.

  • Mantenemos y ratificamos nuestra unidad inquebrantable con las comunidades campesinas, indígenas, colectivos urbanos, organizaciones populares y territorios en resistencia con quienes hemos aprendido a luchar.  Renovamos nuestro compromiso por una Honduras digna, donde la justicia no sea privilegio de unos pocos, sino derecho de todos y todas.
  • Hoy más que nunca, reafirmamos que la unidad es nuestra mayor fortaleza.  Por eso, llamamos a todas las organizaciones, movimientos y sectores del campo popular y social a fortalecer la articulación nacional, no sólo como táctica de coyuntura, sino como horizonte estratégico para constituirnos como sujeto político autónomo, con capacidad de incidencia y propuesta frente a la dominación.
  • Nos comprometemos a impulsar una articulación que no se limite a resistir en lo local, sino que proponga, que cuestione de raíz el sistema de dominación capitalista y extractivista, partido centrista y que haga de nuestras luchas territoriales una fuerza nacional transformadora.
  • Seguiremos caminando la ruta de los encuentros nacionales y regionales, como espacios de construcción política y posicionamiento colectivo, especialmente frente a los escenarios electorales que pretenden vaciar el sentido de nuestras luchas.
  • Llamamos a las organizaciones aliadas, cercanas y comprometidas con la dignidad a impregnar identidad y dirección política al movimiento social hondureño, con audacia, con contenido, con radicalidad, para romper con la pasividad, la instrumentalización de los procesos.
  • Nos declaramos en solidaridad permanente con todos los procesos de resistencia del país, y desde esta nueva etapa, decimos con firmeza: la articulación no es una opción, es la única vía para transformar estructuralmente Honduras desde las raíces de su pueblo.
  • Asumimos el internacionalismo, la solidaridad y el encuentro con otros pueblos del mundo, para hacer causa común en la defensa del planeta ante la depredación imperialista, neoliberal, capitalista y patriarcal. Proclamamos nuestra determinación de asumir, respaldar y hacer nuestras las causas de los pueblos por la Dignidad y la Justicia de cualquier territorio, comunidad u organización en el país y el mundo.

Frente a la crisis civilizatoria que vivimos —expresada en el colapso ecológico, la mercantilización de la vida, la guerra y la deshumanización sistemática— reivindicamos la soberanía y la autodeterminación de los pueblos como principios esenciales para construir alternativas emancipadoras, basadas en el cuidado,la solidaridad, la reciprocidad y la defensa de los bienes comunes.

  1. Construcción de proyecto socio político en su dimensión nacional

Como MADJ damos continuidad al mandato surgido del II Encuentro del Movimiento Social y Popular Hondureño celebrado en San Pedro Sula en enero de 2025, en el cual se inauguró el debate sobre la construcción del Instrumento Político de nuestro campo popular.

Nuestro instrumento político se propone la articulación de las luchas y reivindicaciones sociales de los distintos actores organizados del campo popular, asumiendo el desafío de ir al encuentro con las grandes mayorías desarticuladas, desorganizadas y explotadas para qué la lucha y proyecto social tenga el respaldo popular y se convierta  en alternativa política con respaldo ciudadano en cada trazo de nuestra historia.

El Proyecto sociopolítico asume la defensa de nuestra soberanía y dignidad como pueblo hondureño en todos los campos, incluyendo la institucionalidad estatal.  De igual manera, desde el internacionalismo militante aspiramos al encuentro hemisférico y global, que nos permita seguir avanzando hacia un horizonte común como pueblos que combata las distintas formas de dominación y explotación del capital transnacional y reivindique la vida y la dignidad en cada territorio.

Reafirmamos que nuestra cancha permanente es el campo popular y social. De igual manera entendemos que es una responsabilidad estratégica asumir táctica y coyuntural la disputa por el control del Estado y su institucionalidad, para arrebatarlo a las mafias oligárquicas y sus Partidos y ponerlo, con todo el rigor ético, al servicio de nuestro pueblo.

 En ese sentido, anunciamos que nunca más los liderazgos coherentes y dignos  del campo popular deben nutrir a Partidos y a cualquier otra expresión política de las estructuras económicas violentas, corruptas y narcotraficantes de nuestro país, para contrarrestar esta histórica amenaza y ofensa a nuestra dignidad popular, aceleramos el anuncio y consolidación del gran proyecto sociopolítico del campo popular.   

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