El encuentro se llevó a cabo en Cholula, Puebla, México, del 24 al 26 de octubre, convocado por la “Fundación Rosa Luxemburgo”. Participaron representaciones de organizaciones sociales y populares del caribe, norte, centro y sur América, para debatir sobre la transición energética justa que necesitan los pueblos y no la que impone el capital.
El objetivo del encuentro fue, Construir una mirada crítica latinoamericana, desde el campo popular. Según los organizadores, este debate constituye un reto porque nuestros análisis suelen tener el límite metodológico de estar anclados en experiencias locales y/o nacionales, que se relaciona también con el problema de la escala en la que proyectamos y construimos alternativas.
En el encuentro se debatió sobre los escenarios energéticos actuales, el ensanchamiento o imposición del litio y el hidrógeno y se respondieron interrogantes sobre la naturaleza, desafíos y los múltiples efectos sobre la forma de extracción de estas fuentes de energía. también se profundizó sobre los procesos de transformación de la matriz, planes energéticos de transición y adaptación al cambio climático, proyectos mineros, los cambios políticos, el aumento de hidrocarburos, y las perspectivas feministas, antipatriarcales, anti extractivistas y anticapitalistas en la lucha por una transición energética justa.
En este espacio también se aprovechó para advertir y seguir asumiendo la responsabilidad que tienen las organizaciones y movimientos sociales en relación al modelo energético hegemónico y la necesidad de seguir apostando por la construcción popular en el campo de la energía.
Sobre Honduras, nuestra representación destacó que lo que podemos llamar transición energética andatransita por la recuperación de la soberanía del Estado en el control del modelo energético privatizado, el impulso de una política nacional de energía, las iniciativas de electrificación rural, el subsidio de la energía, la revisión y recisión de contratos a generadores privados, el impulso de nuevas represas y el reclamo de espacios como el MADJ para que en el tema energéticos se respete la autodeterminación de los pueblos y que la democratización implique la participación popular decisisa en todas las fases del proceso energético (Geneación, transmisión, comercialización, facturación; incluyendo el debate micro y macroeconómico de la energía)
Desde el Movimiento Amplio reconocemos y agradecemos a la Fundación Rosa Luxemburgo y las demás organizaciones participantes por la invitación a este encuentro y por haber desarrollado una serie de temas y discusiones que nos actualizan y nos recuerdan la responsabilidad inmediata que tenemos en relación con la transición energética desde una perspectiva popular.